EL PAíS › CHRISTIAN CASTILLO, DIRIGENTE DEL PARTIDO DE LOS TRABAJADORES SOCIALISTAS (PTS)

“Hay que armar un frente de trabajadores”

 Por Adriana Meyer

La casa de la palmera que sobresale sobre Riobamba, sede del Instituto de Pensamiento Socialista Karl Marx, parece tan vacía como la zona de Congreso en pleno verano. Cuando Christian Castillo abre la puerta se escucha sólo el maullido del negro Pantera, que participará del diálogo con Página/12 sentado en el regazo del entrevistado. A Castillo se lo ve bronceado tras sus vacaciones en Uruguay, donde vive uno de sus hermanos.

–¿Cómo se preparan para las elecciones?

–Con gran esfuerzo militante alcanzamos a cumplir con los requisitos proscriptivos de la nueva ley para la personería nacional y en once distritos. Pero la ley de Reforma Electoral tiene una segunda restricción que es la interna abierta obligatoria, que elimina parte de los partidos antes de la elección general. Nosotros planteamos la necesidad de armar un frente de los trabajadores y la izquierda, que en la anterior elección tuvo un resultado aceptable, salimos quinta fuerza en Buenos Aires y Córdoba, ganándole al PO y al MST.

–¿Repetirían la alianza sólo con Izquierda Socialista y el MAS?

–Sí, porque el MST va con Pino Solanas, no son interlocutor porque están en el centroizquierda, y el PO ya tuvo una posición sectaria al respecto. Pero no es central lo electoral, nosotros priorizamos la lucha de clases enfocada a organizar a los sectores combativos alrededor del sindicalismo de base, donde venimos teniendo una inserción importante. No es casual que algunos referentes conocidos como Dellecarbonara en el subte, Hermosilla, Norniella y Gentile en alimentación, Artacho en telefónicos, Platkowsky en LAN, Bustillo y Padellaro en el Roca y, por supuesto, los compañeros de Zanon, Godoy y otros, sean de nuestro partido.

–Los partidos trotskistas fueron duramente criticados por su rol en el conflicto ferroviario. ¿Qué responde como dirigente trotskista?

–El PTS es parte de la agrupación Bordó del Roca y viene a la cabeza de la movilización de los tercerizados. Nosotros planteamos que todas las acciones se decidan en asambleas de base, algo que el PO cuestiona. El Gobierno no modificó la tercerización en todas las esferas económicas, y los intelectuales progres del kirchnerismo quieren demonizar esta lucha, desautorizando la acción directa con el argumento de que todo el que sale a luchar le hace el juego a Duhalde y a la derecha. En realidad, la política represiva y de derecha es del Gobierno, la patota de la Unión Ferroviaria que mató a Mariano Ferreyra había estado en el acto de River que convocó Moyano, lo mismo que en el asesinato de los qom en Formosa gobernada por un aliado del gobierno, y junto con Macri dieron cero vivienda a los que reclamaron en el Indoamericano, donde hubo muertos por la Federal. Les dieron algo similar a la ley de residencia de 1902 contra todo el que toma un terreno. Para un Gobierno que dice que no reprime, son muchos muertos.

–¿En ese acompañamiento pondrían en juego la continuidad del Gobierno?

–Son argumentos decadentes, la denuncia del complot trotsko-duhaldista parece de un personaje de Capusotto, y sería cómico si no fuese que hay una persecución judicial y una actitud macartista. Está preso Martino y hay causas contra los principales luchadores populares. El Gobierno no quiere que las masas estén en las calles y por eso pacta con las patronales y las burocracias sindicales. Lo de “cuanto peor mejor” es una deformación, nosotros queremos que las luchas de los trabajadores ganen. Los tercerizados, los pueblos originarios y los que no tienen vivienda recibieron poco y nada del crecimiento económico. Los bancos tienen ganancia record pero seguimos sin vivienda popular. Tomada decía que querían voltear la ley agraria, pero cuando el Gobierno tenía mayoría parlamentaria no lo hizo. Los intelectuales kirchneristas están desarrollando una coraza contra tragarse sapos, comerse a Boudou o a los demás candidatos, Scioli, Insfrán, Gioja, De la Sota y Schiare-tti. Después de la muerte de Kirchner, la paradoja fue que el sector progresista se movilizó y el Gobierno giró hacia la derecha. ¿El Gobierno llamó o no al FMI para que audite el Indec? ¿Negocia o no con el Club de París el pago de la deuda? ¿Fernández hizo o no hizo la conferencia para anunciar que le sacaban los planes a los que peleen por vivienda? ¿Los fondos que consigan en Qatar son para vivienda popular o para negocios de Cirigliano? Pueden querer no verlo, incluso tomarle el gustito a los sapos. Pero el intento de demonizar a la izquierda es no querer escuchar que son sapos.

–El PTS hizo públicas diferencias con el PO en el conflicto de los tercerizados. ¿En qué consisten?

–Es una barbaridad el ataque judicial a sus dirigentes, y también la política macartista del Gobierno, que repudiamos. Sin embargo, decimos que la clave de esa lucha es fortalecer las asambleas de base como lugar de toma de decisiones, y los compañeros del PO critican esto y tienen otra visión. No estuvimos de acuerdo con la acción del 23 de diciembre, pero es una canallada la utilización oficial de eso para atacar al PO.

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