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Una leve reducción en el precio de los commodities y una mejora en la cotización de los índices accionarios resumen la jornada bursátil de ayer. De hecho, la baja en el petróleo fue esencial para la recuperación de las Bolsas mundiales. En acciones, el índice neoyorquino Dow Jones avanzó uno por ciento, mientras que del otro lado del Atlántico las plazas europeas también se vieron favorecidas por noticias alentadoras de varios países del Viejo Continente. De todos modos, las mejoras, si bien generalizadas, fueron más acotadas. En ningún caso se superó el uno por ciento. El euro, en tanto, retrocedió frente a la moneda estadounidense a 1,39 dólar.

En un contexto global más calmo que en días previos, los inversores volvieron a posicionarse en activos de mayor riesgo. En cambio, los contratos a futuro del petróleo y los granos evidenciaron leves bajas. En el mercado de Chicago, el trigo se ofreció en 280 dólares la tonelada; el maíz, a 217 dólares; y la soja, a 507 dólares. La preferencia por las acciones en desmedro de los commodities quedó también evidenciada en la caída en el precio del oro, considerado refugio, de 5 dólares, 1428 la onza.

Durante la jornada se sumaron declaraciones de funcionarios que dan cuenta de la delicada situación que aún transita la Eurozona. El presidente saliente del Bundesbank, Axel Weber, miembro del consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE), pronosticó que la inflación en la Eurozona será superior a la prevista. Como resultado de ello, el directivo estimó una nueva suba antes de abril de un cuarto de punto en la tasa de interés del BCE, de referencia para el sistema financiero de la región. Mientras, la Unión Europea insistió en que busca introducir en su territorio una tasa a las transacciones financieras, incluso a pesar de que otras potencias mundiales no lo hagan.

Como dato negativo circularon rumores de que algunas agencias calificadoras de riesgo estarían alertando a sus clientes sobre otros países europeos con problemas para afrontar las obligaciones emergentes de su deuda soberana. Por su parte, el Banco Central de Francia mantuvo su previsión de 0,8 por ciento de crecimiento del producto interno bruto (PIB), en el primer trimestre de 2011. De conseguirse, será la mayor desde que Francia se recuperó de la recesión a principios de 2009.