La presidenta Cristina Fernández de Kirchner homologó ayer el convenio colectivo de la Unión Obrera de la Construcción (Uocra), que fijó un aumento salarial del 24 por ciento en sintonía con la pauta indicativa que intenta establecer el Gobierno. Sin embargo, como la mejora será percibida en tres etapas acumulativas, la magnitud del incremento final asciende a 25,8 por ciento. Por otro lado, el Ministerio de Trabajo volvió a dictar la conciliación obligatoria en el conflicto que están llevando adelante los obreros metalúrgicos, también en el marco de las negociaciones salariales.

El acuerdo entre la Uocra y la cámara empresaria del sector (CAC) se iba a homologar el lunes pasado, pero se retrasó por el cambio de agenda de la Presidenta. Del total acordado, un 12 por ciento será retroactivo a abril, el 6 por ciento se pagará en agosto y otro 6 por ciento se incorporará en noviembre. El incremento salarial para este sector alcanza aproximadamente a 370.000 trabajadores, que perciben entre 2600 y 3000 pesos por mes. El promedio del 25,8 por ciento está en sintonía con las pretensiones del Gobierno y con la pauta que fijó el gremio de los camioneros (24 por ciento).

“Cada negociación colectiva y cada año es diferente. Este año parecería ir más lenta, pero tenemos cerrados los convenios más importantes. Pero hay que recordar que no es lo mismo un sector que ha tenido ocho años de crecimiento que uno que ha tenido que afrontar la crisis de 2009, y que por lo tanto, los salarios están un poco más retrasados”, afirmó Carlos Tomada, ministro de Trabajo, quien agregó: “Hay que quitarles dramatismo a las negociaciones y tener racionalidad”.

Esta exhortación del titular de la cartera laboral está en sintonía con los reclamos presidenciales para bajar el clima de conflictividad sindical que es percibido desde la Casa Rosada. En este sentido, Tomada tuvo que extender la conciliación obligatoria por otros cinco días hábiles en la pulseada que mantienen los trabajadores de la UOM y las cámaras empresarias. La medida se adoptó luego de que el gremio aprobara un plan de lucha con paros sorpresivos de 15 minutos por hora.

Los metalúrgicos están reclamando un incremento del 24 por ciento y un piso salarial de 3500 pesos, mientras que el sector empresario ofreció hasta el momento un 20 por ciento de aumento y deja en 2000 pesos el salario inicial.