El jefe del bloque de diputados PRO, Federico Pinedo, tuvo anoche un encuentro con Felipe Solá para discutir su posible candidatura a presidente por un espacio que incluya a los macristas, en donde ellos ven como compañera de fórmula a Gabriela Michetti. Solá no descartó esa posibilidad, aunque en su entorno advierten que “está hablando con todos”. Entre globos y canciones de Gilda, Mauricio Macri se bajó el sábado de su candidatura presidencial, pero aseguró que tendrá un candidato en octubre. Para eso, les dio a sus dirigentes la misión de negociar con el radicalismo y el Peronismo Federal. Las conversaciones con los compañeros son más fluidas que con los correligionarios. Más compleja es la tarea que tiene Jorge Macri: cerrar un acuerdo con Francisco de Narváez, quien ya le dijo en la cara al jefe de Gobierno que quiere amplios lugares en las listas porteñas o no habrá fumata blanca.

A partir de la decisión de Macri de abandonar la pelea presidencial, el PRO se quedó sin candidato. El jefe de Gobierno intentó minimizar el impacto que esto causó en su fuerza: se ocupó de remarcar en su discurso del sábado que iba a tener una propuesta en octubre. Luego precisó que será una fórmula propia o (más probablemente) un acuerdo con otro sector. “Mi preocupación hoy es trabajar por la unidad nacional”, aseguró ayer.

Para encarar la negociación formó una mesa ejecutiva que integran el titular de la Corporación del Sur (y ex jefe de campaña nacional) Humberto Schiavoni; el coordinador nacional Emilio Monzó; el referente bonaerense Jorge Macri; el jefe del bloque de diputados, Federico Pinedo, y el director de los equipos técnicos, Francisco Cabrera. Los dos últimos están a cargo de intentar un acuerdo con Ricardo Alfonsín.

También mantienen líneas de conversación con Eduardo Duhalde y Felipe Solá. El diputado y ex gobernador bonaerense relanzó su candidatura a presidente esta semana, con afiche incluido. Ayer por la noche tuvo la primera reunión con Pinedo para explorar una de las posibilidades que piensan los macristas: una fórmula conjunta con Michetti. Los dos quedaron en hablar, luego de que terminen su ronda de conversaciones con los distintos sectores. En el PRO estaban confiados, tras el encuentro, en que Solá terminará por aceptar: “Estaba muerto. Lo que le dimos fue como el shock que te revive del infarto”. Del lado de Solá sostienen que el dirigente “no descarta ninguna alternativa”. En su entorno afirman que, de todas formas, el candidato está teniendo otras reuniones y “está todo abierto”.

Con Duhalde, Solá no tiene conversaciones. Los macristas, sí. Schiavoni y Monzó, dos peronistas a cargo del armado nacional, son viejos conocidos. Cerca del ex presidente le restan trascendencia a un acuerdo con el jefe de Gobierno: consideran que los votos se irán “naturalmente” a Duhalde antes que a Alfonsín. También advierten que los macristas tienen un diálogo más fluido con ellos a la hora de encarar una negociación. “Aunque no sé si la palabra es negociar”, aclara uno de los dirigentes cercanos a Duhalde. “Ellos no tienen un candidato a nivel nacional, nosotros tenemos... Por ahí podemos tener una tarea en conjunto”, plantea. Michetti, por su parte, ya avisó internamente que no hará fórmula con Duhalde. Lo que empiezan a considerar como posible en el PRO es competir en agosto con él. Otra fórmula, más improbable, es Pinedo-Michetti.

El frente que más dificultades presenta para los macristas es el acuerdo con De Narváez en provincia. Luego de que termine de contestar las quejas de sus segundas líneas y de contener a los que se quieren ir, Jorge Macri intentará avanzar sobre el campo minado que dejó su primo después de la tormentosa reunión que tuvo la semana pasada con el Colorado. Allí Macri le reclamó una distribución igualitaria de cargos del vicegobernador para abajo, pero se negó a abrir de igual manera las listas en Capital.

Los negociadores macristas advertían que algunos lugares puede haber para los de De Narváez, pero no en la proporción que él esperaba. “Los de PRO no están sentados en ninguna mesa. No es culpa nuestra. Si no son generosos en la Ciudad, no pueden esperar que lo seamos en la provincia”, señala uno de los armadores de De Narváez. “Estamos esperando que los candidatos presidenciales resuelvan sus internas. El Peronismo Federal retrocedió como la oca: tiene de vuelta de candidatos a Solá, Duhalde y Rodríguez Saá”, se fastidiaba con la interna fallida de los Federales.

En el PRO se quejan de que De Narváez se adelantó a negociar con los radicales sin haber cerrado primero un acuerdo con ellos. “Somos los socios naturales”, insisten. “El PRO no tiene resuelto cerrar con Alfonsín. Ese es el impedimento que vemos con el Colorado. Hasta ahora, la mayoría de las reuniones son proclives a arreglar con el Peronismo Federal”, advierten sobre la negociación que tiene el Colorado con los radicales. En el encuentro del jueves pasado, Macri le propuso negociar juntamente con la UCR y De Narváez lo mandó cariñosamente a hablar con los radicales porteños.

En las conversaciones que tuvo y las que vendrán, la hipótesis de máxima de Macri sigue siendo un acuerdo de toda la oposición, pero entre sus negociadores plantean que la opción de mínima será un acuerdo con el peronismo disidente. “Creo que es un deber reconstruir la alianza del 2009 Unión-PRO-Federal, porque de lo contrario el kirchnerismo es el que en mejor posición está para octubre”, metió presión el ministro de Espacio Público, Diego Santilli, que de peronismo algo sabe.