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Aunque todavía no fueron convocadas a negociar, las dos principales licenciatarias telefónicas sacan cuentas sobre los efectos de la devaluación. “El resultado del ejercicio 2001 antes de la salida del 1 a 1 da levemente positivo, poco más de 30 millones de pesos de utilidad, pero incorporándole el efecto de la devaluación nos vamos a ciento y pico de millones abajo”, señalan en Telecom Argentina. El fuerte endeudamiento con el exterior, estimado en una cifra superior a los 3000 millones de dólares, hace la diferencia.
Con tarifas por ahora congeladas, tanto Telefónica como Telecom preparan el pliego de perjuicios por el cambio de paridad cambiaria que exhibirán ante las autoridades. Sus insumos vinculados a equipamiento tecnológico son, por lo general, importados. Además, rechazan que las cuestiones de inestabilidad en el mercado interno alejen el interés de eventuales competidores, asegurándole el monopolio en la actividad. “Si el dólar se va a cuatro pesos, los norteamericanos vienen y se compran todo por monedas”, resumió un allegado a las empresas europeas que hoy controlan el negocio localmente.
De todos modos, por ahora ambas empresas han evitado mostrar una confrontación directa y abierta, aunque con tácticas diferenciadas. Mientras que Telefónica suele estar incluida en los reclamos que formula el gobierno español ante su par argentino, Telecom está en una actitud de paciente espera. Pero esperan el momento de sentarse a negociar con argumentos parecidos.
Lo que está claro es que en las nuevas condiciones de la economía argentina, con una recesión que amenaza prolongarse y restricción para el traslado a precios de la devaluación, los planes de inversión ya no serán lo que iban a ser. Se estima que sólo por mantenimiento técnico, cada una de las dos empresas de telefonía fija requiere invertir unos 300 millones de dólares al año. Las perspectivas actuales indican que los desembolsos para obras y equipamiento, este año y en los inmediatos, no irán más allá de esa cifra.