ECONOMíA
Remes tiene turno el martes en el FMI para pedir un paquete de ayuda
El ministro deberá rendir examen con su política cambiaria y monetaria y mostrar la viabilidad del Presupuesto. Ayer hubo elogios y advertencias desde el Tesoro de los Estados Unidos.
El ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, se encontrará frente a frente con las autoridades del Fondo Monetario el próximo martes, de acuerdo a los trascendidos surgidos ayer de dicho organismo en Washington. El titular del Palacio de Hacienda deberá convencer a sus interlocutores de la viabilidad de la nueva política cambiaria, su compatibilidad con el esquema de pesificación y que, además, en las condiciones resultantes el gobierno será capaz de cumplir con las metas del proyecto de Presupuesto enviado esta semana al Congreso. El premio, si lo consigue, sería una ayuda extraordinaria en fondos para respaldar las reservas en divisas y solventar la reestructuración del sistema financiero. Desde Washington ven no sólo las cifras macroeconómicas son vistas con preocupación: también se está prestando atención al clima de agitación social reinante con un ojo puesto, además, en la forma que adoptará el gobierno para restablecer la calma.
El secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Paul O’Neill, se confesó ayer “preocupado por las imágenes que veo en televisión, toda esa agitación social”, al hacer referencia a la Argentina. Pero también se manifestó confiado en que el gobierno de Eduardo Duhalde logre estabilizar la economía y el clima social. Observado de cerca por las autoridades de la Administración Bush, Remes Lenicov llegará la semana próxima a Washington para rendir examen ante el FMI y solicitar formalmente un paquete de ayuda. Ayer empezó a trabajar en la agenda del viaje, un día después de quejarse por la ausencia de un respaldo explícito del organismo y de los trascendidos que dieron cuenta de una impugnación del FMI a los números del Presupuesto 2002. La presentación de cuentas equilibradas es uno de los prerrequisitos exigidos por el Fondo para considerar una ayuda monetaria a Argentina. El subsecretario del Tesoro, John Taylor, dejó caer ayer algunos comentarios elogiosos hacia Argentina, como para aliviar las tensiones. “Creo que el progreso logrado es sustancial y ha encarado los temas más urgentes, o sea el sector bancario y la tasa de cambio, y esto es más que unos pasos iniciales”, sostuvo.
O’Neill, en tanto, ratificó el compromiso de su país con el éxito en la gestión de Argentina. Pero advirtió que para que Estados Unidos brinde una ayuda económica “hay una importante salvedad: los podemos ayudar, pero no hasta que su gobierno soberano establezca reglas y procedimientos” para lograr un crecimiento sostenible. También manifestó su inquietud por la agitación social, pero aclaró que depende del gobierno argentino generar las condiciones para restablecer la tranquilidad.
En una rueda de prensa que ofreció en Washington, O’Neill eludió varias preguntas sobre la actitud que adoptará el FMI con respecto a la Argentina. “Pregúntenle a ellos”, fue su respuesta más concreta. En cambio, al ser consultado por varios periodistas acerca de si el gobierno de Estados Unidos, o el propio FMI, no podría haber hecho más para evitar la crisis argentina, respondió: “No creo que haya nada que Estados Unidos debiera haber hecho diferente, estamos muy involucrados en la solución de los problemas argentinos, pero tampoco tiene sentido andar gritando las conversaciones que tenemos”. Con respecto a las diferencias entre la actual crisis y la sufrida por México, en la que el FMI aportó, en 1995, 50 mil millones de dólares como préstamos, O’Neill señaló que “la diferencia está en el petróleo que puso como garantía el estado mexicano”.