Lunes, 26 de septiembre de 2011 | Hoy
ECONOMíA › OPINION
Por Carlos Tomada *
El Grupo de los 20 se reúne por primera vez a nivel presidencial en octubre de 2008. En aquel momento, la primera etapa de la crisis internacional acababa de estallar y los líderes buscaban coordinar en ese foro una respuesta global. La convocatoria a la segunda Cumbre de Líderes del G-20, en Londres en abril de 2009, fue precedida por una conferencia especialmente destinada a tratar los temas de empleo, la London Jobs Conference, en la que el Ministerio de Trabajo argentino participó activamente reivindicando la política de empleo como estrategia de inclusión social.
En la Cumbre de Londres, la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, junto con el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, se opusieron categóricamente a la iniciativa de algunos países de incluir la flexibilidad laboral como medida tendiente a combatir la crisis económica mundial, sosteniendo que la misma había sido una pésima experiencia en América latina, con la pérdida de derechos laborales y aumentos importantes de la precariedad y la pobreza.
En el siguiente encuentro de líderes, que tuvo lugar en Pittsburgh en septiembre de 2009, se volvió a repetir esa alianza estratégica de Argentina y Brasil en el ámbito sociolaboral, cuando los presidentes de ambos países propusieron formalmente la incorporación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a los debates del G-20. En la misma reunión, ambos apoyaron la iniciativa del presidente estadounidense Barack Obama de convocar a una reunión de ministros de Trabajo de los países miembros para enfrentar las consecuencias de la crisis sobre el empleo.
Esta tercera cumbre en Pittsburgh estuvo marcada por la preocupación que expresaban todos los líderes de ese foro acerca de la necesidad de mitigar las consecuencias de la crisis económica y financiera sobre los hogares, enviando un mensaje contundente a los ciudadanos de que el G-20 tomaba en consideración la principal preocupación como lo era y es el empleo. Se acordó el establecimiento de un Marco para un Crecimiento Fuerte, Sostenible y Equilibrado, expresando que “no podemos descansar hasta que la economía mundial se restablezca plenamente y las familias trabajadoras de todo el mundo encuentren puestos de trabajo decentes”.
La Primera Reunión de Ministros de Trabajo y Empleo del G-20, convocada el 20 y 21 de abril de 2010 en Washington, con el objetivo de presentar a los líderes un set de propuestas tendientes a “apoyar la coordinación de los esfuerzos para dar prioridad al crecimiento del empleo, porque un crecimiento sólido y simultáneo del empleo y el ingreso en muchos países afianzará la demanda mundial, generando así más empleos”. En este sentido, se propone el respeto de los derechos fundamentales, el fomento del diálogo social y la puesta en marcha de mecanismos para permitir que los beneficios de la productividad se compartan con los trabajadores y aumenten sus niveles de vida, para que el trabajo sea un camino seguro para salir de la pobreza.
En esa ocasión también se intercambió sobre la necesidad de una mayor articulación entre las políticas públicas, tema introducido conjuntamente por Argentina con Brasil, Alemania, Francia y otros países del grupo. Argentina defendió en todo momento la importancia de la coherencia entre las políticas macroeconómicas, financieras y comerciales con las políticas laborales y sociales. Además, la Argentina, en su rol de presidencia de la Conferencia Interamericana de Ministros de Trabajo (CIMT), asumió la responsabilidad de acercar al G-20 los debates y acuerdos alcanzados a nivel regional en la XVI CIMT que se había desarrollado en Buenos Aires en octubre de 2009.
Luego de una ausencia significativa de la temática sociolaboral en las Cumbres de Líderes de Toronto y Seúl (junio y noviembre de 2010), que se focalizaron principalmente en los temas financieros y comerciales, la presidencia francesa del G-20 durante el año 2011 vuelve a convocar con una activa agenda previa a los ministros de Trabajo, recuperando el intercambio sobre las preocupaciones en torno del empleo, el trabajo decente, el piso de protección social y la coherencia de políticas en el marco de una nueva etapa de la crisis internacional.
Uno de los temas en debate es la creación de un grupo de trabajo sobre empleo que se ubique al mismo nivel que el resto de los grupos de trabajo de carácter económico y financiero. Más allá de la concreción de esta iniciativa, se ha avanzado en la institucionalización de las reuniones de ministros de Trabajo para evitar que quede supeditada a la iniciativa de la presidencia pro témpore. Hoy y mañana se concretará un nuevo encuentro, esta vez en París.
La Argentina ha sido muy activa en esta etapa de internacionalización de las políticas sociolaborales porque entiende que resulta imprescindible la inclusión de forma permanente del tema del empleo en la agenda de la gobernanza mundial, a la vez que se necesita una mejor coordinación internacional entre las políticas económicas, comerciales, fiscales y de empleo para lograr un crecimiento fuerte, con una alta tasa de creación de puestos de trabajo decente y una mejora en la calidad de vida de los hogares.
* Ministro de Trabajo.
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