Vidal es más fuerte en temas de gestión, Michetti tiene más liderazgo y carisma, dijo un ministro.
Imagen: DyN & Sandra Cartasso.

Mauricio Macri y Gabriela Michetti bailaban en el centro de un escenario amarillo. Era 2007 y acababan de ganar la ciudad. Como en una remake, Macri bailó este año en una pasarela, pero con María Eugenia Vidal. Michetti miraba desde la tribuna multicolor. En la gestión PRO, varios funcionarios dan como un hecho consumado que la vicejefa electa reemplazó a su antecesora como figura fuerte del PRO. Algunos, más prudentes, no pasan por alto las diferencias en imagen y conocimiento público. En el entorno de la diputada, no admiten comparación: señalan que Vidal aportó poco y nada este año, mientras que Michetti fue esencial en la victoria de 2007. Para dejar en claro que no compiten en la misma categoría, cerca de Michetti advierten que ella podría ir como candidata a vicepresidenta en 2015 mientras el resto pelea por la sucesión de Bolívar 1.

Aunque puede resultar un poco forzada, la comparación reapareció una y otra vez en los reportajes a Vidal de la campaña porteña. “No tengo diferencias profundas con Gabriela. Aunque tengamos cosas en común, somos personas distintas”, respondió con su infaltable sonrisa la ministra de Desarrollo Social. Salida del Grupo Sophía y del ala de Horacio Rodríguez Larreta, la influencia de Vidal en el gobierno macrista viene creciendo tras las elecciones. Son varios los funcionarios que la ven como una de las posibles sucesoras de Macri. El jefe de Gobierno no para de repetir que es su ministra favorita.

La interna que fomentó este año Macri entre Michetti y Larreta evidenció que, si bien la diputada tiene una alta imagen positiva fuera del macrismo, en la dirigencia PRO cuenta con menor consenso: buena parte de los macristas desconfían de su perfil independiente y valoran que Vidal “es un soldado”. Uno de los ministros porteños establecía entre ellas la misma antítesis que a principios de este año utilizaban para Larreta y su adversaria: Michetti tiene mayor liderazgo político y carisma, mientras que Vidal es más fuerte en los temas de gestión, tiene mayor manejo de las cuestiones de gobierno.

Se sabe: las comparaciones son odiosas, pero que los macristas las hacen, las hacen. Vidal es politóloga, recibida en la UCA; Michetti es licenciada en Relaciones Internacionales de la Universidad del Salvador. Las dos son católicas y tienen llegada al cardenal Jorge Bergoglio. En la gestión PRO, hasta hay quien insinuó que Vidal pasó a ser el nuevo enlace PRO del arzobispo. Cerca de Michetti lo desmintieron rotundamente.

Otro ministro se anima a ir más lejos: “A Michetti le duele Vidal –dice–, Mariú la eclipsó. Gabi sabe que ya no puede ser candidata a jefa de Gobierno”. Advierte que es impredecible cómo reaccionaría Larreta si Vidal se convierte en un obstáculo para su ambición de gobernar la ciudad: por ahora, en vistas de la competencia por 2015, el jefe de Gabinete aparece en todas las fotos junto a la fórmula ganadora.

En el entorno de Michetti no admiten la comparación con Vidal. Y hacen lo posible por escaparle a la idea de una interna. “Es como comparar peras con manzanas. Cada una tiene su lugar”, dicen. Las encuestas que encarga el macrismo marcan una distancia entre las dos: en 2007 Michetti tenía el 30 por ciento de conocimiento, que ascendió a un 90 por ciento en la segunda vuelta. Su imagen positiva es del 65 por ciento y se mantiene. En cambio, Vidal no llega al 50 por ciento de conocimiento, aseguran cerca de la diputada. “Afuera de Capital ni saben quién es”, dicen.

En 2007, Michetti fue señalada por diversos analistas como una pieza fundamental de la victoria. Se dijo que ella sirvió para “ablandar” o “humanizar” la imagen del hijo de Franco Macri. Los medios la siguieron y la cercaron desde entonces, con sus altos y sus bajos. Cerca de Michetti dicen que Vidal necesitó mucho coaching este año: ahora tiene un asesor de imagen y hasta una maquilladora. También relatan que Jaime Durán Barba reconoció que Vidal no tuvo incidencia en el 64 por ciento que obtuvo el PRO en el ballottage: “La gente votó Macri”, le escucharon decir al gurú ecuatoriano.

Los michettistas marcan también una cuestión de estilos: “Vidal estuvo veintipico de años bajo el mando de Horacio. Gabriela no dura un día”, señalan, aunque quizá por eso la aprecian en la mesa chica del PRO.

En una de las últimas conversaciones entre Michetti y Macri, ella le comentó que a medida que se acerque 2015 los problemas van a crecer.

–Vas a tener 40 tipos para la sucesión –le dijo.

–¿Vos te corrés? –le preguntó él, rápido de reflejos.

–No, yo estoy en el lugar en que me quieras.

–Por ahí tenés que ser vos...

En el michettismo ya hay quien la imagina por encima del juego de tronos porteño y acompañando a Macri en la fórmula presidencial. Sería una forma de evitar la pelea que se viene, y que no incluye sólo a las dos dirigentes, sino también a Larreta, Marcos Peña (aunque él se desanota) y gran elenco: Diego Santilli, Hernán Lombardi, Guillermo Dietrich y Esteban Bullrich. Y siguen las firmas.