“Nosotros apoyamos al Gobierno y lo vamos a seguir apoyando, pero no vamos a dejar de reclamar nada que nos corresponda”, manifestó ayer Hugo Moyano, secretario general de la CGT. No lo dijo en un acto de la central obrera o en un encuentro entre sindicalistas, sino frente a un público repleto de empresarios que asistió a la segunda jornada de la reunión anual de la Unión Industrial Argentina (UIA). Moyano dio un discurso con múltiples referencias a la batalla que en los ’90 él junto con otros sectores minoritarios llevaron adelante para oponerse a la aplicación del programa neoliberal. “Eso nos da algo de autoridad”, indicó, en un mensaje dirigido tanto al grueso de la audiencia como hacia adentro del movimiento obrero, donde convive con sectores opositores que pretenden desplazarlo de la conducción de la CGT. Elogió a Néstor Kirchner, pero no hizo referencia a la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner. A la salida, aseguró que si “le ponen un techo al aumento salarial, no hay negociación en paritarias”.

Moyano compartió el escenario con José Ignacio de Mendiguren, titular de la UIA, y el decano de la Facultad de Ciencias Económicas, Alberto Barbieri. Se sentaron en tres sillones blancos. El capital en una punta, el trabajo en otra y, en el medio, imparcial, el conocimiento, parecen haber querido plantear los organizadores del evento. “No estoy demasiado acostumbrado, añoro las asambleas donde uno le pone toda la fuerza”, aclaró de entrada Moyano. El gremialista dejó entrever durante su exposición que la relación con el Gobierno es tirante, situación que quedó todavía más en evidencia luego del discurso de la Presidenta (ver aparte).

“Muchos evitamos en los ’90 la dolarización de la economía, que el país terminara en una banca off-shore, la privatización del Banco Nación, del Banco Provincia, de la recaudación impositiva, de entregar el territorio para pagar bonos”, arrancó el titular de la UIA, en un guiño al gremialista. “La relación entre el trabajo y nosotros –el capital– es esencial. Los empresarios saben que el salario es el motor de la economía. Y los trabajadores saben que no se puede consolidar la distribución del ingreso sin un fuerte proceso inversor. Por eso tenemos que dialogar mucho. En el corto plazo hay que preservar el empleo. El Gobierno en 2008 y 2009 encaró bien la crisis, sin aplicar recetas tradicionales”, dijo Mendiguren.

“Esta iniciativa que tuvo la UIA es muy importante, permite que nos conozcamos más y también decirnos que cada uno va a seguir defendiendo a los sectores que representamos, con toda la responsabilidad”, enfatizó Moyano. “La lucha del sector gremial es una constante. Por eso las discusiones se van a seguir dando con toda la fuerza y no nos tenemos que asustar ante ello”, agregó. Sobre el final, advirtió que “la inclusión social permite tener condiciones mínimas a los que no tienen trabajo. Pero eso no es justicia social, que es lo que queremos los trabajadores. La justicia social se sustenta en el trabajo, salario y vivienda digna”.

Ya fuera del escenario y ante un grupo de periodistas, el gremialista aseguró que “si hay un techo para el aumento salarial, se terminaron las discusiones paritarias. En ese caso, tendrán que dar la suba por decreto”. En relación con los subsidios, evaluó que “hace bastante tiempo que los sectores empresarios lo venían reclamando. No sé si va a afectar a los trabajadores, pero si lo hace, la gente va a reclamar”.

Durante su exposición, Moyano también recordó el pasado reciente. “La importancia de esta instancia es haber tenido coherencia. No por casualidad no estábamos de acuerdo con las políticas de los ’90. Nos pusimos en contra de la privatización del sistema previsional. Y la misma fuerza hicimos para que se reestatice. Eso nos da algo de autoridad. No sé si todos los que hoy hablan de la restatización de las jubilaciones ponían el mismo énfasis para evitar su privatización. Algunos resistimos, no todos eh, no todos”, indicó, según especulaban varios empresarios, en alusión a buena parte de la audiencia empresaria y también a los gremios de la CGT que no son afines, como los llamados “Gordos”, muchos de los cuales constituyeron AFJP y acompañaron en silencio las políticas económicas del menemismo. “Nos opusimos al ALCA, a la flexibilización laboral, decíamos que teníamos que salir ordenadamente de la convertibilidad”, agregó en la misma línea. “Mientras en Europa y Estados Unidos se discute de ajuste, acá se discuten aumentos de salarios. Todo eso se consiguió por la lucha de los ’90, puesta en práctica por Néstor Kirchner”, analizó, sin hacer referencia al actual gobierno.

“Caminamos juntos con Moyano en ese tiempo. Yo me sentí identificado. Acá habrá que ver cuántos miraron para otro lado”, dijo después a este diario el titular de Federación Agraria, Eduardo Buzzi. “No entendí el mensaje de los ’90”, opinó, en cambio, Hugo Biolcati.