“La derecha dice que la globalización es fantástica, mientras que buena parte de la izquierda cae en la trampa al afirmar que las transnacionales son más poderosas que los Estados. Ambas posturas pasan por alto el papel del Estado-Nación como representante de intereses y de las alianzas de clases”, analizó el economista Axel Kicillof en la presentación del libro El largo camino a la crisis, del investigador de Flacso Enrique Arceo. También participó del debate el ex canciller Jorge Taiana, quien valoró, incluso por encima del rechazo al ALCA, la presión que la Argentina en su momento hizo para frustrar las negociaciones comerciales de la Ronda de Doha. En su trabajo, Arceo explica la actual crisis mundial con una perspectiva histórica que comienza en la segunda posguerra, enfocada en el peso y juego concreto de los actores sociales y desde una mirada marxista.

El periodista especializado en economía Néstor Restivo abrió la mesa de debate en el Centro Cultural de la Cooperación con una descripción del libro. Resaltó el análisis socio-político que el autor hace sobre la quiebra del sistema de Bretton Woods en 1971, cuando la baja de la tasa de ganancia impulsó en los centros de poder mundial el comienzo de una nueva fase del capitalismo signada por la internacionalización de las cadenas de valor, la multiplicación de los flujos financieros y el ataque sobre las conquistas obreras. “En ese momento también hubo intentos keynesianos de salida. En América latina hubo otras opciones. Pero la respuesta que finalmente se impuso fue el neoliberalismo”, indicó Restivo.

Desde lo general a lo particular, Taiana contó, a modo de charla de café, cómo, en concreto, la voluntad política puede modificar el curso “inevitable” (como se analiza la historia desde buena parte del pensamiento de izquierda) de los acontecimientos. “El ALCA lo propuso Bill Clinton en 1994 y todos los países de la región estaban bastante contentos. La negociación continuó en 1998 y en 2001. Ahí Hugo Chávez dijo que no estaba de acuerdo, y Fernando de la Rúa propuso que, para cerrar el acuerdo, Argentina sea la próxima sede. En 2005 nosotros nos opusimos a ese acuerdo, que nos subordinaba a Estados Unidos. En esa cumbre de Mar del Plata, George Bush estaba especialmente preocupado por la negociación de la Ronda de Doha que se venía. Allí Argentina, junto a la India y Sudáfrica solamente, logró que no se celebrara el acuerdo, que proponía reducir el 52 por ciento de los aranceles industriales. El fundamental rol de la OMC para desarmar las herramientas de política económica de los países periféricos no suele ser tenida en cuenta. El libro de Arceo sí lo hace”, indicó el ex funcionario.

Sucesos históricos, que resaltó Restivo, y acontecimientos políticos, como el que recordó Taiana, “suelen estar, junto con la teoría, fuera de la mayoría de las discusiones actuales sobre la crisis mundial”, señaló Kicillof. “La larga etapa neoliberal ha desestructurado mucho al pensamiento heterodoxo”, advirtió. Puso como contraejemplo a Arceo, quien en su libro explica que la crisis no se da por una caída de la tasa de ganancia sino en un contexto de suba, echando por tierra las interpretaciones marxistas más llanas. También resaltó que la macroeconomía actual “es impotente para entender esta crisis, porque lo único que busca es la estabilidad, generar un buen clima de negocios”. “En ese sentido, los macroeconomistas dicen que ‘el peor de los males es la inflación’. Pero, como dijo Keynes en 1923, la inflación, si bien es un problema para los obreros que no están organizados, afecta fundamentalmente al sector financiero.”