Miércoles, 7 de diciembre de 2011 | Hoy
EL PAíS › JUAN MANUEL ABAL MEDINA, EL ELEGIDO DE CRISTINA FERNáNDEZ PARA CONDUCIR LA JEFATURA DE GABINETE
Peronista de cuna, tiene 43 años y es politólogo. Se sumó al oficialismo en 2005 y forjó un estrecho vínculo con los Kirchner.
Por Nicolás Lantos
El viejo axioma kirchnerista volvió a cumplirse: el que menos suena termina llevándose el premio mayor. El actual secretario de Comunicación Pública, Juan Manuel Abal Medina, será, desde el sábado, el jefe de Gabinete de la Nación, elegido por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para coordinar su equipo de gobierno en el mandato que comenzará este sábado. Su nombre había aparecido en todos los pronósticos durante las horas previas a la elección del candidato a vicepresidente del Frente para la Victoria. Luego, tras la victoria en las primarias, sonó para la Jefatura, para el Ministerio del Interior, para encabezar un hipotético Ministerio de Cultura y Comunicación y hasta para la Cancillería. Sin embargo, todas y cada una de estas versiones fueron perdiendo peso con el paso de los días y en la recta final los runrunes palaciegos parecían dejarlo relegado a un rol secundario. Pero, una vez más, el viejo axioma volvió a cumplirse.
“Cuando se recuperó la democracia, durante 20 años vimos cómo una clase política impotente, cómplice o cobarde no quiso poner en duda ninguna de las claves de esta dominación oligárquica de los factores de poder”, había dicho Abal Medina el lunes por la noche, en la inauguración de una muestra de fotografías tomadas por reporteros gráficos durante la última dictadura militar. En ese momento, todavía no sabía qué rol le tocaría ocupar en el próximo gabinete: sólo se entero por la mañana, apenas un par de horas antes de que el anuncio se hiciera público. En esa frase, de todas formas, pueden encontrarse algunas clave sobre qué fue lo que lo llevó al lugar que ocupará.
Aunque dio sus primeros pasos en la función pública durante la presidencia de Fernando de la Rúa y, luego, en la administración porteña de Aníbal Ibarra, este politólogo de 43 años es un funcionario con una impronta netamente referenciada en el proceso político de los últimos ocho años. Un funcionario que lo conoce (y lo aprecia) desde hace mucho tiempo va un paso más allá: “Es el primer jefe de Gabinete puramente kirchnerista”, define ante la consulta de Página/12. Justifica la definición en que, a diferencia de otros que ocuparon ese lugar durante estos años, como Alberto Fernández y Sergio Massa, “no tiene otras lealtades”, y que “tiene una coincidencia ideológica total con la Presidenta, algo que no puede decirse de Aníbal Fernández, cuya lealtad está probada”.
A pesar, también, de su pasado “frepasista”, la relación de Abal Medina con el peronismo viene desde su cuna o antes: su padre, homónimo, fue secretario general del justicialismo y el último delegado personal que tuvo Juan Domingo Perón en la Argentina antes de dar fin a su exilio de 18 años. Con él, que aún vive en México, adonde se exilió durante la dictadura, mantiene “una relación entrañable”, aseguran en su entorno. “Hablan todos los días y seguramente lo aconseja políticamente”, agregan. También su tío, Fernando, fue fundador de Montoneros y condujo el operativo en el que esa organización armada secuestró y fusiló al ex presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu.
Lo cierto es que el Juan Manuel Abal Medina que asumirá este sábado como primus inter pares de los ministros está identificado con el gobierno nacional como pocos funcionarios: luego de acercarse al kirchnerismo en 2005, fue secretario de la Gestión Pública. Desde allí estableció una relación con Néstor Kirchner, quien pronto lo adoptó como uno de sus principales asesores, tanto en su labor parlamentaria desde 2009 como en la Secretaría General de la Unasur. Tras el fallecimiento del ex presidente fue designado, a principios de este año, como secretario de Comunicación Pública, un lugar clave en el armado de la relación del Gobierno con los medios, que fue creado para él.
Así se fue ganando en poco tiempo el privilegio de formar parte de un reducido grupo de funcionarios del que también participan el vicepresidente electo, Amado Boudou; el vicegobernador electo de la provincia de Buenos Aires, Gabriel Mariotto, y algunos dirigentes de La Cámpora, a quienes CFK considera como “propios” y en quienes reposa una parte del armado político con vistas al 2015: el tan mentado “puente” generacional entre quienes hoy en día ocupan buena parte de los lugares de poder y la juventud que se acercó a la política en los últimos años.
“¿Cuáles son las virtudes que le vio Cristina para elegirlo?”, les preguntó este diario a quienes lo conocen y trabajaron con él. Las respuestas que surgieron fueron muchas y variadas: “Es rupturista, en el sentido de que piensa ideas nuevas y las propone, no es un obsecuente”, dijo uno de ellos, pero aun así es “honesto” y “leal” a la Presidenta, completaron otros. También se destacaron su “prudencia” y su “humildad”, aunque la característica más mencionada fue su “voluntad de trabajo” político. “Ha ido a cientos de actos, sin importarle si iban seis personas o seis mil, en todo el país, siempre ahí, paradito, muchas veces sin intervenir en absoluto”, recordaron, por último, en su entorno.
Hay otro viejo axioma kirchnerista, que se complementa con el primero, y que dice que cuantos más embates sufra uno de los propios por parte de la oposición, más fuerte será hacia adentro. Ayer, la designación de Juan Manuel Abal Medina fue bien recibida por buena parte del espectro político (con la excepción de ciertos comentaristas de noticias en la web que lo confundían con su padre o con su tío y se desgarraban las vestiduras por el “regreso de Montoneros al poder”). Las cosas no tienen una sola forma y a veces cambian. Y “lo que las hace cambiar es la política: ésa es la gran lección del kirchnerismo”, según definen cerca del despacho del todavía secretario de Comunicación Pública.
Es una lección que Abal Medina aprendió a la perfección. “Lo peor que podemos hacer con la memoria es dejarla quieta porque, de esa manera, la matamos”, dijo el lunes por la noche en el homenaje a los reporteros gráficos. También dijo: “Este es un paso adelante más, lo que procuramos es poner en movimiento permanentemente estas ideas, valores, obras y hechos que tienen que ver con nuestra historia”. El acto fue en el Centro Cultural por la Memoria Haroldo Conti, ubicado en la ex ESMA. “Lo que estamos haciendo, aunque algunos se molesten, es volver a poner sobre la mesa esa serie de valores”, completó este politólogo formado por la acción de Néstor y Cristina Kirchner quienes, asegura, “llegaron a la historia para decir que esos sueños y banderas volvían para construir una patria más justa, libre y soberana”.
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