Los daños por la sequía afectarán sólo entre un 12 y un 14 por ciento de las cosechas, ya que existe una “recuperación manifiesta” de muchos cultivos, de acuerdo con estimaciones del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. Pese a estos datos, que confirman la evaluación realizada por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien no negó los efectos de la sequía, sino que los ponderó de acuerdo a su verdadero impacto, los dirigentes de la Federación Agraria, acostumbrados a los exabruptos, volvieron a sus excesos verbales. Eduardo Buzzi, titular de esa entidad, afirmó que CFK no conoce la situación del campo porque viaja en “avión o en helicóptero”. Su competidor, en declaraciones altisonantes, en la Federación, Alfredo De Angeli, dijo que “o es mentirosa o la asesoran mal, y nos trata como idiotas”.

Desmalezado de afirmaciones agresivas, el panorama agropecuario es alentador luego de las importantes precipitaciones de las últimas semanas. Perspectiva confirmada por quienes entienden del sector, como el titular del INTA, Carlos Casamiquela. El especialista explicó que “hoy existe una recuperación manifiesta de muchos cultivos en grandes zonas del país, en gran parte de la región pampeana ha llovido bastante y los campos se han recuperado, al igual que los cultivos”.

El funcionario dijo que –si se hace una comparación con los números de los últimos cinco años– la emergencia hídrica afectará a las cosechas entre un 12 y un 14 por ciento. Casamiquela afirmó que se está evaluando “cómo han evolucionado los cultivos después de las lluvias que comenzaron el 9 de enero y que han seguido con una frecuencia y volumen de agua más que interesante”. “La cosecha de trigo en la Argentina terminó, prácticamente, sin afectación de la sequía, al igual que la cosecha de cebada”, aclaró el experto, quien señaló que “son dos cultivos que finalizaron la cosecha sin impacto de la sequía”.

Por otra parte, apuntó que “el girasol viene con algunos lugares desparejos pero, en general, tiene buenos rendimientos y vamos a terminar con más o menos lo que estaba estimado”. “Hay muy buenos girasoles en el sur de Buenos Aires, donde las lluvias han caído de mayor manera”, detalló. De todas formas, Casamiquela dijo que “la soja ha sufrido un poco, en los cultivos más tempranos”, e indicó que la oleaginosa “se ha recuperado por franjas: hay algunos lugares que han quedado un poco más afectados y otros se han recuperado, claramente”.

Al respecto, Casamiquela afirmó que “nuestra valoración es que en el volumen total el impacto será menor de lo que se estima”. Asimismo, subrayó que “el cultivo que se ha visto más perjudicado fue el maíz y no todo, sino los que se sembraron temprano”. Precisó que “la gente utilizó una lógica que es un proceso de toma de decisiones: cuando el productor tenía que sembrar el maíz estaba lloviendo mucho, a pesar de que había alertas de que iban a disminuir después por esto de La Niña, y se sembró”. “Esos maíces tempranos son los que más han tenido pérdidas, algunos no se han recuperado a pesar de la lluvia. Pero el impacto va a ser, calculo, a fin de la cosecha, de un 15 por ciento de cosecha”, indicó el titular del INTA. De este modo, informó que “la estimación es que probablemente lleguemos a obtener unas 20 millones de toneladas”. En este contexto, Casamiquela destacó además que es necesario “que la visión empresaria del sector agropecuario tenga un marco de negociación con las empresas de seguro para poder desarrollar un método que satisfaga y dé cobertura a los riesgos”.