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Rebaja del IVA para los productos de la canasta básica, aumentos de hasta el 10 por ciento en las tarifas de los servicios públicos, incremento del salario básico a 350 pesos. Estas son algunas de las medidas que Roberto Lavagna anunciará en caso de que Néstor Kirchner se consagre presidente el 25 de mayo, según adelantó a Página/12 un estrecho colaborador del ministro. También ya hay definiciones sobre las que no se tomarán: no habrá un incremento inmediato a los jubilados ni a los empleados públicos.
Lavagna y Kirchner ya consensuaron que no se dividirá el Ministerio de Economía, tal como ellos mismos especularon semanas atrás. Es decir, el actual titular de Hacienda centralizará todos los temas de política económica. Desde las tarifas a la renegociación de la deuda pública y las conversaciones con el Fondo Monetario. Un equipo de 30 técnicos trabaja en las distintas propuestas que Lavagna le transmite al candidato en sus conversaciones diarias.
En el grupo íntimo del ministro evalúan dos cosas ante una eventual continuidad en la gestión: una buena, según la cual Lavagna podría trascender como el funcionario que sacó a la Argentina de la peor crisis de la historia. La otra conclusión es irónica: “No tendríamos a quién echarle la culpa por la herencia recibida”, comentan con una sonrisa.
El mandato que Lavagna les dio a sus colaboradores es que analizaran diversas alternativas para cada área. Pero les anticipó que desaprobará cualquier iniciativa que ponga en peligro la incipiente recuperación de la economía. Tampoco planea ninguna medida de shock. Más bien, sugirió que será fiel a su estilo, tomándose tiempo para negociar con los organismos internacionales, los bancos y las empresas privatizadas.
Respecto de la relación con Washington, cerca del ministro advirtieron que se abrirá “una negociación durísima”, ya que el FMI “pretende involucrarse en cada punto de la agenda económica”. Y si bien en Economía aceptan que el tándem Horst Köhler-Anne Krueger reclamará un superávit primario de 4 puntos del PBI, “admitiremos que no sea más que del 2,0 al 2,5 por ciento. Pediremos tiempo. Quizá dos años para obtener un superávit mayor y así pagar la deuda. Pero los tendremos que convencer de que para cumplir con los pagos necesitamos una economía en crecimiento”, explicó a este diario un estrecho colaborador del titular de Hacienda.
A continuación, la lista de iniciativas que Lavagna ya tiene sobre su escritorio y que espera el resultado de las elecciones:
- Impuestos. Habrá una rebaja del IVA a los bienes de la canasta básica. Todavía se analiza la magnitud, pero quedó descartada una disminución generalizada, como ocurrió en enero y febrero pasados. También se insistirá al Congreso con el gravamen variable a los combustibles, de manera que el Estado sea socio de las petroleras en caso de suba del petróleo. Lo mismo, con la eliminación de los planes de competitividad, tal como pidió el FMI. Se analiza gravar los activos argentinos en el extranjero.
- Tarifas. Se pedirá una ley del Congreso autorizando incrementos de hasta 10 por ciento. De esta manera se evitaría que la Justicia siga trabando el ajuste. Los usuarios de menor consumo quedarán al margen de las subas. Como las empresas y el FMI pretenden incrementos superiores, se abrirían renegociaciones de algunos contratos. En el caso de los peajes, cuyas concesiones vencen este año y existe una deuda del Estado, se habilitaría una prórroga de las explotaciones pero a costos más bajos. También se renegociará con el Correo.
- Salarios. Se prevé un aumento a 350 pesos en el mínimo. Ahora se encuentra en 200 pesos. El objetivo es que esa medida impulse al resto de los niveles en el marco de las paritarias. En principio se descartan incrementos a jubilados y a los empleados públicos.
- Bancos. Dentro del proceso de reestructuración, Lavagna pretende que los bancos insolventes se fusionen con otros o desaparezcan. Está encontra del “hospital de bancos” sugerido por el Fondo, ya que conllevaría un nuevo costo fiscal.
- Dólar. La previsión es que se mantendrá a 3 pesos, con una inflación que tenderá a un dígito hacia el 2004. “Nos gustaría un dólar a 3,50 pero no se sostiene”, comentó con resignación un colaborador del ministro.
- Deuda. Habrá un menú de propuestas para los acreedores. No habrá cambios para los préstamos garantizados ni para los Boden ni para la deuda con los organismos internacionales. A los privados extranjeros se les propondrá quitas de capital, bajas de las tasas y alargamiento de los vencimientos. Las magnitudes se sabrán cuando el auditor Lazard Freres finalice su trabajo. Las propuestas se conocerán en setiembre, y recién a fin de año se empezará a renegociar con los acreedores.
- AFJP. Para renegociar con las compañías, Lavagna pondrá sobre la mesa la posibilidad de que los afiliados puedan volver al sistema de reparto, una opción hasta ahora impedida. El ministro quiere que al menos la tercera parte de la recaudación de las AFJP se destine a proyectos productivos.