EL PAíS › CONFERENCIA DE PRENSA DE LAS TRABAJADORAS
“Pusimos la vida en juego”
Por Adriana Meyer
“Nos tienen miedo porque demostramos que si podemos manejar una fábrica podemos manejar el país. Por eso este gobierno se dispone a eliminar a la clase obrera, está decidido a reprimirnos.” Celia Martínez, líder sin cargo de las obreras y obreros de Brukman, levantó su voz en una improvisada conferencia de prensa en la vereda de Rivadavia y Callao, frente al Congreso, rodeada por sus compañeras, obreros ceramistas de Zanon y la abogada del Ceprodh Myriam Bregman. “Pusimos el cuerpo, la vida en juego y por eso tenemos que volver, no vamos a entregar la fábrica. Pedimos el apoyo de la comunidad para recuperarla”, agregó Martínez antes de convocar hoy a las 17 en Plaza Once para marchar hacia la textil. “La decisión parece ser avanzar sobre los movimientos de desocupados, el Gobierno venía anunciando que no había solución y nosotros les dijimos que iba a ser un nuevo Puente Pueyrredón”, relató la letrada mientras mostraba a las cámaras los golpes que le provocó la policía y las cartuchos usados de color rojo, denunciando que contienen perdigones de plomo.
Eran cerca de las 20 y ya habían pasado los gases y las corridas. Antes de salir en vivo por televisión, Martínez se abrazó a su hija y lloró. Sus compañeras le pedían, a los gritos, que no se quebrara. “Tres compañeras corrimos las vallas y avanzamos, pero casi nos fusilan peor que en la dictadura, nos protegieron los periodistas con su cuerpo. Pensamos que siendo mujeres no nos iban a tocar, pero parece que Duhalde está preocupado”, relató la obrera. Tres de las mujeres que se hartaron de negociaciones juntaron coraje y traspasaron el vallado policial fueron Martínez, Matilde Adorno y Estela Cárdenas. “Hicimos un último intento de dialogar con el comisario, pero la asamblea había tomado una decisión. Les dimos tiempo pero como no se fueron avanzamos nosotras”, indicó Martínez. “Sentí un vacío, no me daba cuenta de nada”, comentó Adorno acomodándose los anteojos. “Apenas aparecimos los policías quedaron desconcertados, no sabían qué hacer, pero cuando pasamos la valla y se cayeron los fotógrafos que estaban arriba entraron a reprimir con todo”, describió la mujer. “Escuchaba que tiraban hacia adelante y sonaban a tiros de verdad. Incluso no nos daba el gas hasta que nos gritaron que salgamos de ahí, corrimos... ahí sí me ahogué, no sabía que debía cerrar la boca... todos me querían dar limones pero yo no los había aceptado porque no quería que me corriera el maquillaje... mirá cómo terminé”, contó Adorno tocándose el rostro.
Celia Martínez se quejó de que el viernes “perdieron el tiempo” negociando en la comisaría, incluso con el juez. “Querían distraernos, pero con la presión de toda la gente, que eran como 7 mil personas, decidimos avanzar porque lo que está en juego es nuestra dignidad”. Mientras terminaban de salir al aire en un canal de noticias se quedaron escuchando las declaraciones que a las 20 hizo la ministra de Trabajo Graciela Camaño. “Está diciendo que todo esto pasó porque los trabajadores de Brukman no acataron la conciliación obligatoria. Eso significa que el Gobierno avala la represión, y que para la ministra los principios económicos están por encima de los derechos de los trabajadores”, opinó la abogada Bregman. Apenas terminaron de dar la conferencia salieron en caravana por la avenida Entre Ríos, con militantes de distintos partidos de izquierda y estudiantes de la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo, para recorrer comisarías y hospitales, y elaborar listados de heridos y detenidos, entre ellos cuatro obreros de Zanon.