SOCIEDAD › FINALMENTE, EL FISCAL RECIBIO EL ADN DE LAS DOS MUESTRAS
La hipótesis del hombre y la mujer
Con el ADN, el fiscal busca acelerar las extracciones de sangre de familiares y otros sospechosos. Guerra de los testigos.
Por Horacio Cecchi
El resultado de ADN realizado sobre las muestras de sangre tomadas del chalet de los Carrascosa llegó ayer a manos del fiscal Diego Molina Pico, confirmando que corresponden a un hombre y una mujer. La información sobre el patrón genético de esas muestras es reclamado por los defensores de Carlos Carrascosa, como medida de seguridad para evitar supuestas manipulaciones que perjudiquen al célebre viudo. Fuentes de la fiscalía aseguraron que el estudio no se realizó en la Procuración –de la que depende la fiscalía– sino en la Asesoría Pericial de la Suprema Corte bonaerense. Molina Pico también pidió que urgentemente se realizaran las extracciones de sangre a Carrascosa y a otras ocho personas entre familiares, amigos y vecinos del country, para comparar con el ADN de las muestras. Entre hoy y mañana, el juez Diego Barroetaveña resolverá la nueva fecha de las extracciones postergadas y sobre los careos solicitados por los defensores de Carrascosa. Entretanto, nuevos testimonios desataron otro capítulo en el caso: la guerra de los testigos.
Ayer era la fecha dispuesta por el fiscal Molina Pico para realizar las extracciones de sangre a Carlos Carrascosa, Guillermo Bártoli (cuñado de María Marta), Irene Hurtig (su esposa), Horacio García Belsunce (hermano de la víctima), Sergio Binello, su esposa Viviana y Nora Taylor (los tres, vecinos y amigos de los Carrascosa), Beatriz Michelini (la masajista) y Nicolás Pachelo (el vecino señalado por la familia). Pero las extracciones no se realizaron a pedido de la defensa de Carrascosa, que reclamó el patrón genético de las muestras, sugiriendo que lo solicitaban por temor a que fuera manipulado en perjuicio del viudo.
“Estamos reclamando nada más y nada menos que lo que establece la ley”, dijo el abogado Marcelo Nardi frente a los tribunales de San Isidro. “Y si no nos pueden decir el patrón genético –agregó el abogado José Scelzi—, que por lo menos pongan los datos en un sobre lacrado donde se deje constancia de que no pueden ser modificados.”
Ese patrón genético, en un informe preliminar, llegó ayer a manos de Molina Pico. Fuentes de la fiscalía confirmaron que correspondía a un hombre, cuya sangre aparecía en el mismo lugar en que se halló la de María Marta, y a una mujer, cuya sangre aparecía salpicada en otro sector de la casa. Las mismas fuentes señalaron que el ADN fue obtenido por la Asesoría Pericial de la Suprema Corte y no por la Procuración. Ya con ese informe preliminar, Molina Pico solicitó la realización urgente de las extracciones. Pero ahora habrá que aguardar la resolución del juez Diego Barroetaveña, quien debe responder a varias medidas.
La primera consiste en determinar la nueva fecha. Pero además debe resolver sobre el pedido de la defensa para ser informada sobre el patrón genético de las manchas sanguíneas, y sobre los pedidos de careos solicitados por la defensa entre Carrascosa y Alba Benítez (concesionaria del restaurante del club house), Carrascosa y Gustavo Oberndorfer (mozo del restaurante), y Carrascosa con Catalina Vargas (mucama de los Bártoli). Los tres sostuvieron que el viudo no se encontraba viendo el partido de Independiente-Rosario Central en lo de los Bártoli, desmoronando su coartada y la de Bártoli. Esos tres testimonios fueron la base del pedido de detención de Carrascosa.
Los abogados del viudo presentaron a su vez otros tres testigos, dos de los cuales son el encargado del sauna del Carmel, de nombre Alberto, y del masajista del sauna, de nombre Pedro. Ambos sostienen que Carrascosa no apareció por el club house ese domingo, como sí aseguran que hizo Benítez y Oberndorfer. El procedimiento utilizado para aportar los testimonios de Alberto y Pedro a la causa fue por demás curioso: los abogados José Scelzi y Marcelo Nardi los trasladaron a la fiscalía de turno, ya que Molina Pico se encontraba de licencia. La fiscal les tomó declaración, pero sin la presencia de los abogados, ya que como testigos no les correspondía ese derecho. Previamente habían planeado que declararan ante una escribana. Pero más curioso todavía es que los argumentos públicos esgrimidos por la defensa de Carrascosa para invalidar los testimonios de Alba Benítez y Gustavo Oberndorfer se sostenían en una pregunta que ahora parece retornar como un boomerang sobre sus propios testigos: “¿Por qué declararon cinco meses después?”.
El caso, por el momento, se transformó en una competencia testimonial que hasta ahora parecería equilibrada: Acusación 2 vs. Defensa 2. La defensa asegura contar con al menos una docena de testimonios a favor de la coartada del viudo detenido. Pero fuentes de la fiscalía sostuvieron que ya uno de esos testimonios “cayó en contradicciones”, con lo que el score es por demás incierto.