El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, descartó ayer “cualquier modificación” al proyecto de reforma impositiva en la provincia, que incluye la actualización de la base de cálculo para el inmobiliario rural.

“No se va a cambiar ni modificar nada de lo que se votó ayer (por anteayer). Les di expresas instrucciones a los legisladores en ese sentido”, enfatizó el mandatario, quien se mostró confiado en que el próximo miércoles la mayoría oficialista en la Cámara de Diputados completará el trámite legislativo y convertirá el proyecto en ley. Ese día, la Federación Argentina de Municipios (FAM) prevé reunir una multitud frente a la Legislatura para dejar en claro su apoyo a la propuesta y neutralizar cualquier acción de boicot de la Mesa de Enlace, como la que anteayer derivó en incidentes en ese lugar cuando los ruralistas intentaron irrumpir en el edificio.

El día después de esos actos de violencia, el vicegobernador Gabriel Mariotto, varios ministros y funcionarios de la provincia responsabilizaron a Hugo Biolcati, presidente de la Sociedad Rural, y a los manifestantes rurales por los hechos. Biolcati intentó minimizar lo ocurrido. Lo adjudicó a “la tensión clásica que a veces sucede por la gran concentración de gente en un lugar pequeño”. Al encumbrado dirigente se lo vio subido a un pilar de la Legislatura, arengando y protestando contra el proyecto de ley. Lo hizo una vez que el grupo de ruralistas y empleados del sindicato de peones, que conduce Gerónimo Venegas, derribó una reja y avanzó por el playón del Palacio, donde ingresan los vehículos oficiales. “Si la ley se sanciona, esto va a ser peor que la 125”, gritaba Biolcati desde allí, rememorando los piquetes que paralizaron el país en 2008.

“Quisieron conseguir con violencia lo que no obtuvieron con votos”, reprochó ayer la ministra de Gobierno bonaerense, María Alvarez Rodríguez. “Los incidentes muestran la violencia de un grupo de manifestantes encabezados por Biolcati y la Mesa de Enlace, que irrumpieron con violencia en la Legislatura sin respetar a nadie, ni a sus propios legisladores”, aseguró. “Es evidente –completó– que como no les alcanzan los legisladores porque el pueblo no los eligió, tienen que irrumpir con violencia; yo lamento que aparezcan estos gestos.”

Scioli prefirió dejar la respuesta en boca de sus funcionarios y de los intendentes de la FAM, sin polemizar con los ruralistas, como es su costumbre. “Soy respetuoso de los poderes del Estado”, fue lo único que dijo cuando le preguntaron por los incidentes, llamando a respetar el funcionamiento de las instituciones. El gobernador dialogó con la prensa luego de un evento empresario organizado por la CAME.

Desde la Mesa de Enlace, el presidente de Federación Agraria, Eduardo Buzzi, y la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), acusaron de los incidentes a La Cámpora. “Es inconcebible que una institución democrática, como lo es la Legislatura de la provincia más grande del país, esté ‘custodiada’ por patotas que se disfrazan de militantes”, dijo Buzzi. “Estas personas, que impidieron a las trompadas el paso de los productores, cantaban consignas en defensa del gobierno nacional, que a su vez debería dar alguna respuesta para evitar que se profundice este escenario de crispación”, añadió, a pesar de que los ruralistas finalmente pasaron, coparon el playón de la Legislatura e hicieron todo lo posible para frenar la sesión.

La ministra de Economía bonaerense, Silvina Batakis, atribuyó la reacción de la Mesa de Enlace a que el campo “no quiere blanquear el precio que tiene la hectárea en la provincia”. “Hace 20 años que la provincia no tiene un revalúo y las hectáreas tienen un valor del 10 al 25 por ciento de su precio real”, advirtió, y aclaró que “el aumento será aproximadamente del 30 por ciento, mientras que el 40 por ciento de las partidas van a tener disminuciones”. Uno de los mayores problemas para Biolcati es que el revalúo obligará a los propietarios de campos que alquilan sus tierras a pagar el impuesto nacional a los bie-nes personales.