La balanza de pagos, la fotografía de todas las operaciones del sector externo cerró el primer semestre del año con un superávit de cuenta corriente de 1429 millones de dólares, cerca de tres veces más que el mismo período del año pasado, y un déficit en el frente financiero de 1137 millones de dólares, mayor a los resultados observados entre enero y junio de 2011. La reducción de las importaciones producto de las políticas de administración comercial y la desaceleración económica junto con las negociaciones con las empresas multinacionales para que disminuyan la remisión de utilidades y dividendos permitieron mejorar el resultado de la cuenta corriente. En tanto, los pagos de vencimientos de deuda con reservas y la salida de capitales en el segundo trimestre del año fueron dos factores relevantes en el comportamiento negativo de la cuenta financiera.

El otro dato relevante del informe del Indec es la evolución de la deuda externa bruta total. A fines de junio el stock de deuda alcanzó los 142 mil millones de dólares, una variación de 0,2 por ciento frente al trimestre anterior. Por su parte, las reservas internacionales del Banco Central llegaron a 46.348 millones de dólares, con una reducción frente al trimestre anterior de 943 millones de dólares.

Las estimaciones trimestrales del Balance de Pagos que ayer difundió el Indec muestran los resultados correspondientes a abril-junio. La cuenta corriente, que reúne el balance comercial y las utilidades y dividendos que envían al exterior las firmas extranjeras, mostró un resultado positivo de 1711 millones de dólares en el segundo trimestre del año, 53 millones más que el mismo período el año pasado. El superávit en bienes fue de 5121 millones de dólares, 2 por ciento superior al de igual trimestre de 2011. Las distintas medidas paraarancelarias y la ralentización del nivel de actividad implicaron una reducción en las importaciones. Sin embargo, algunos rubros estratégicos como las compras externas de combustibles continuaron creciendo.

Por su parte, la remisión de utilidades y dividendos de las empresas extranjeras ascendió hasta los 1433 millones de dólares, alrededor de 400 millones menos que el mismo período de 2011. Desde el año pasado la Secretaría de Comercio Interior mantiene una política activa de negociaciones informales con distintos sectores para limitar los envíos de divisas a las casas matrices de las firmas multinacionales mientras que el Banco Central realiza una tarea similar con la banca extranjera. Los egresos netos en concepto de intereses de la deuda externa prácticamente no mostraron cambios frente al segundo trimestre de 2011 y alcanzaron los 868 millones de dólares.

Entre abril y junio, la cuenta financiera –las operaciones financieras con el exterior del sector público y privado– registró un egreso neto estimado de 1518 millones de dólares, mientras que en igual período de 2011 se registró un ingreso neto de 116 millones de dólares. Esos resultados se explican fundamentalmente por el sector público no financiero y el Banco Central que acumularon egresos por 1364 millones de dólares. Se trata de fondos destinados a amortizaciones de pasivos en moneda extranjera.

En tanto, el sector privado no financiero, que ofrece una aproximación de la fuga de capitales metodológicamente diferente a la que estima la autoridad monetaria, registró salidas por 311 millones de dólares en el segundo trimestre del año mientras que en el mismo período de 2011 la cifra había ascendido hasta los 831 millones de dólares. Esa diferencia se explica por las distintas medidas de control y restricciones dispuestas por AFIP y el Banco Central para el acceso al mercado cambiario desde octubre del año pasado.