SOCIEDAD › CUATRO ROBOS EN MEDIA HORA A COMERCIOS GASTRONOMICOS, EN EL BARRIO DE RECOLETA

Con la hipótesis de una zona liberada

La seguidilla y la libertad con la que se manejaron los asaltantes llamaron la atención de funcionarios judiciales y del Ministerio de Seguridad. Sospechan de un pase de facturas por las investigaciones a policías o de una interna policial.

 Por Emilio Ruchansky

Algo raro está pasando en el barrio porteño de Recoleta. El jueves pasado por la noche, dos delincuentes en una moto robaron la recaudación de cuatro comercios a lo largo de cinco cuadras y huyeron sin complicaciones. “Es evidente que la policía liberó la zona”, aseguró una fuente ligada a la Justicia, y en el Ministerio de Seguridad de la Nación no lo descartan. “Parece que en estos meses hubo más robos en Recoleta pero en verdad lo que hubo es una sobrecobertura mediática, donde siempre se menciona a una fuente policial como informante”, señalan en la cartera que dirige Nilda Garré. Si se liberó la zona, comentó a este diario alguien con llegada a los uniformados, puede haber una suerte de “protesta” por las denuncias penales que hizo el ministerio contra 26 policías por coimas y extorsiones o “una interna” dentro de la fuerza. Este año ya hubo más de 10.600 denuncias contra los uniformados a un 0800 del ministerio.

El raid delictivo del jueves comenzó a menos de tres cuadras de la comisaría 19, alrededor de las 21, y duró menos de medio hora. La mecánica fue sencilla: uno de los ladrones permanecía en la moto mientas el otro, arma en mano, vaciaba las cajas. Los lugares afectados fueron el local de sushi Kyodo, en Ecuador 1175; uno de empanadas, en Ecuador 1179; una heladería, en Charcas y Ecuador; y otro de empanadas, en Córdoba al 2900. Según contó la empleada del primer negocio, serían “los mismos” que cometieron otro robo en ese comercio hace tan solo un mes.

Algunos de estos atracos ocurrieron a menos de 10 cuadras de la comisaría 17, a cargo de Claudio Lucione, quien fuera subcomisario de la seccional 7, en Balvanera, entre 2008 y 2010. Esta última seccional es una de las tres dependencias denunciadas desde el Ministerio de Seguridad por cohecho y extorsión a comerciantes de la zona de Once. Lucione, a diferencia de su ex jefe en la séptima, Luis Alberto Poggi, no fue pasado a disponibilidad pero está siendo sumariado y fue denunciado ante la Justicia. El patrimonio de Lucione, además, no deja de llamar la atención: tiene una propiedad en la exclusiva ciudad balnearia de Cariló de 1100 metros cuadrados.

Las denuncias hechas desde el Ministerio de Seguridad, publicadas por este diario hace dos semanas, marcaron un claro quiebre en los protocolos de la institución policial. Antes, si se sospechaba un caso de corrupción, se abría un sumario en la División de Asuntos Internos de la Policía Federal. Si avanzaba este sumario, lo que solía ocurrir era que el uniformado sospechado era trasladado a otra dependencia. Sin embargo, esta vez el Ministerio utilizó una doble vía: puso en función sus unidades de Transparencia y de Fiscalización de Fuerzas Policiales e hizo la denuncia penal y a la vez abrió un sumario en Asuntos Internos.

La cantidad de noticias relacionadas con robos en Recoleta aumentó considerablemente desde que comenzó la embestida judicial del Ministerio y ese barrio es particularmente sensible a los temas relacionados con la inseguridad. Ninguna de las fuentes consultadas descarta de que se trate de una interna. Lo que no queda claro aún es el objetivo. Por otra parte, liberar una zona era la forma de apretar a los comerciantes de Once y también de Barracas y Parque Patricios, barrios donde se denunciaron “las quintas” de la policía.

“Puede ser un mensaje mafioso hacia al Ministerio pero también una interna propia de la fuerza, de parte de las terceras líneas que pretenden tomar el control de algunas de las dos comisarías de Recoleta, la 17 y la 19, y quedarse con esas quintas o tal vez otras”, explicó una fuente conocedora de la “familia policial”. En el horizonte también asoma una pelea entre la alta jerarquía y los suboficiales que recorren la calle y ven cómo, muchas veces, personal de la brigada, de civil, recoge la plata de prostíbulos, quioscos de drogas y comercios, como consta en la denuncia.

En lo que va de este año, ya hubo 10.650 denuncias contra los uniformados al 0800-555-5065, una línea del ministerio donde se puede denunciar cualquier exceso de la fuerza, de forma anónima, las 24 horas. Sin embargo, también trascendió que algunas de las denuncias sobre las comisarías 7, 28 y 44 partieron de personal policial hastiado de estas prácticas mafiosas. O, como dijo una de las fuentes consultadas: “De tener que ir a buscar el asado para los jefes y limpiar la comisaría, mientras los más viejos llegan y se van en autos lujosos”.

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El barrio de Recoleta es particularmente sensible a los temas de seguridad.
Imagen: DyN
 
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