El dirigente sindical petrolero Guillermo Pereyra puso a disposición del presidente de YPF, Miguel Galuccio, su cargo como miembro del directorio en representación de los trabajadores. Aunque el tono de la misiva es cordial y de agradecimiento al responsable de la gestión y a la Presidenta de la Nación, “quienes me han honrado” con la designación, y destaca sus coincidencias con los objetivos de la compañía, el dirigente neuquino confirmó, en declaraciones radiales, que no renovará su mandato. “Por una cuestión de ética”, dijo. Pereyra es secretario adjunto desde octubre pasado de la CGT disidente, que encabeza Hugo Moyano, y en las próximas elecciones legislativas espera ser candidato a senador por el Movimiento Popular Neuquino, al que es afiliado desde hace más de cuarenta años. Sin embargo, no explicó cuál es la incompatibilidad ética entre ocupar esas funciones y representar a los trabajadores en el directorio de YPF.

En declaraciones a una radio de Neuquén, LU5, ayer Pereyra fue apenas menos críptico. “No es ético que siga en mi cargo así, mudo”, señaló el titular del Sindicato del Petróleo y el Gas Privado de Neuquén, Río Negro y La Pampa. Su renuncia indeclinable se produce tras haber cumplido un mandato de seis meses, con lo cual rechazó el eventual nombramiento por un nuevo período. ¿Lo tendría o dio un paso al costado para evitar el choque con el Gobierno? “Simplemente, cumplió una etapa”, fue la estrecha explicación que dieron fuentes del gremio de Pereyra, ratificando su pertenencia a la CGT de Moyano y, por tanto, las diferencias políticas que mantiene con el kirchnerismo.

En la nota que le envió a Galuccio, Pereyra manifiesta su “profundo agradecimiento por haber participado en esta YPF que fuera nacionalizada por el Estado”. En el mes de noviembre, el dirigente neuquino había llevado a su gremio a un paro de 48 horas en demanda de un diferencial por zona desfavorable que los equiparara con la retribución que reciben los petroleros chubutenses. El Ministerio de Trabajo de la Nación intervino para evitar que la medida se prolongara y laudó en favor de los trabajadores del interior de la provincia, llevando el diferencial al 85 por ciento, contra el 42 que venían cobrando. Pero el beneficio sólo alcanzó a los trabajadores del interior de Neuquén. Para los de la zona urbana, la demanda de un diferencial del 63 por ciento (venían cobrando 42, como el resto de la provincia) quedó pendiente de respuesta hasta una nueva ronda de negociaciones, a mediados de mes.

Con este logro en el bolsillo, Pereyra ratificó su precandidatura a senador por el MPN, el partido provincial de Jorge Sapag, el gobernador actual, de buena sintonía con el gobierno nacional. “Yo soy peronista, siempre lo digo”, manifiesta Pereyra, para quien desde hace cuatro décadas el MPN es el que mejor representa esa forma de ser y sentir la realidad. La razón de su salida de YPF, en tanto, por ahora es un misterio.