Mientras el primer ministro dimitente Mario Monti habla ahora de reducir los impuestos que él mismo aumentó, Il Cavaliere Silvio Berlusconi firma el acuerdo electoral con su aliado de los últimos años, la racista Liga Norte, y dice que tal vez él no se presente como candidato a primer ministro luego de las elecciones del 24 y 25 de febrero sino que podría ser sólo ministro de Economía, dos cargos que se deciden luego de saberse cuál es la alianza ganadora.

“Dios nos libre y guarde”, piensan de esta idea los que sufrieron la debacle económica y de credibilidad de la época berlusconiana, que profundizó en Italia los efectos de la crisis económica mundial. Sin embargo, según las últimas encuestas, no todos piensan de la misma manera. Il Cavaliere y su gente habrían reconquistado parte del electorado, llegando al 23/24 por ciento si las elecciones fueran hoy. Un promedio de varios sondeos publicados por la prensa italiana dice por otra parte que el Partido Democrático (PD) y su aliado principal, Izquierda Ecología y Libertad, llegarían al 38 por ciento. Monti, con sus aliados de centro, se habría quedado detenido en el 15 por ciento.

Concluidas las fiestas de fin de año, la campaña electoral ha recomenzado a todo vapor, sacándose unos a otros los trapitos al sol. La batalla más álgida se libra entre el Pueblo de la Libertad (PDL, Berlusconi) y la Liga Norte por un lado, y Monti, la Unión de Centro y Futuro y Libertad por el otro. Ambas coaliciones se disputan los votos del electorado de centro. “Si no quieren que gobierne la izquierda, tienen que votarnos a nosotros”, dijo Berlusconi en un programa televisivo de los tantos que ha participado últimamente, dando a entender que eventualmente Monti y el PD podrían aliarse en algún momento.

Y para ganarse los votos del centro hay un tema fundamental: los impuestos. Esto lo han entendido tanto Berlusconi como Monti. A punto tal que Monti, quien impuso un discutido impuesto inmobiliario llamado IMU y aumentó muchos otros, ahora habla de que el IMU debe ser “modificado” para que el dinero obtenido vaya a parar a los municipios y éstos lo devuelvan a la gente en servicios. Es más: Monti se ha apurado a aclarar que el IMU fue un impuesto acordado por el gobierno de Berlusconi con la Unión Europea, como parte de las medidas destinadas a reducir el déficit fiscal. El PDL, que ha montado su campaña electoral asegurando que, si gana, suprimirá el maldito IMU odiado por todos, respondió rápidamente al flechazo de Monti. Según el secretario general del PDL, Angelino Alfano, “la única coincidencia entre el IMU propuesto por el gobierno de Berlusconi y el de Monti es el nombre. Nosotros queríamos aplicarlo a partir de 2014, y sólo a quien fuera propietario de más de una casa”. En cambio, Monti lo hizo en 2012 y para todas las propiedades.

Monti ahora quiere ir más lejos. Dice que disminuirá en un punto porcentual el Irpef (impuesto a las ganancias de las personas, no de las empresas) y no aumentará el IVA (impuesto al valor agregado) que estaba previsto para julio próximo. “Es necesario disminuir la presión fiscal –reconoce ahora Monti–, pero no hay que hacer promesas que no se puedan mantener.”

En cuanto a los candidatos, la lista electoral patrocinada por Monti y llamada Scelta Civica (Elección Cívica) ha eliminado decenas de personajes propuestos por los dos principales partidos aliados, pero de todas maneras al parecer concurrirán con una lista unificada a la elección para diputados y senadores.

En cambio, la sorpresa mayor en cuanto a los candidatos la dio Berlusconi, quien al presentar oficialmente el pacto firmado con la Liga Norte –que siempre ha insistido en que Il Cavaliere no debe ser candidato a primer ministro– reconoció que él podría no ser el próximo premier y propuso para ocupar ese lugar al secretario del PDL, Alfano. “Si ganamos, preferiría ser ministro de Economía”, dijo. En la Liga –donde son conscientes de que necesitan la alianza con Berlusconi, pero no lo quieren ocupando un rol importante en el próximo gobierno– se dijo que su candidato es Giulio Tremonti, el ex ministro de Economía del último gobierno de Il Cavaliere. Los tires y aflojes dentro de las coaliciones no terminarán rápidamente y pueden extenderse hasta el último minuto, porque los nombres del primer ministro y de los miembros de su gabinete no sólo se sabrán al concluirse el acto eleccionario sino luego de verificar si los ganadores tienen la mayoría parlamentaria como para gobernar.