Domingo, 17 de marzo de 2013 | Hoy
ECONOMíA › GALUCCIO Y SU RELACION CON LA PRESIDENTA. EL MODELO QUE PIENSA PARA YPF Y EL ROL DEL SECTOR PRIVADO
En una entrevista radial, el titular de YPF definió modelos y describió las tendencias mundiales. “Donde hay petróleo y gas, la regulación la tiene el país. Las empresas se adaptan cada vez más a ello.”
Miguel Galuccio, presidente de YPF, está conforme con los resultados del primer cierre de ejercicio tras la renacionalización de la compañía. Pero ya piensa y trabaja en el modelo que espera darle a la empresa para lograr los objetivos que se propone y darle estabilidad en el tiempo. Señaló que el ejemplo es el de Statoil, la petrolera noruega de capitales mixtos. “Lo hemos discutido mucho con la Presidenta, es el modelo en el que creo y que ella ha elegido; por eso estoy yo acá”, afirmó. En una entrevista mano a mano con el periodista Daniel Tognetti, difundida ayer en el programa de este último por Radio FM Nacional Rock, el titular de YPF se refirió a su relación con Cristina Fernández de Kirchner, las motivaciones que lo llevaron a aceptar la propuesta de hacerse cargo de la empresa y también a las dudas y controversias previas al lanzamiento del bono de YPF para pequeños ahorristas. También, a las condiciones del acuerdo con Chevron y al embargo que pesa sobre ésta en la Argentina por problemas ambientales en Ecuador. En relación con este último tema, dijo que para él “medio ambiente y seguridad no son temas negociables”, reconociéndoles prioridad absoluta.
Quien es titular de YPF desde mediados del año pasado no suele dar entrevistas períodísticas. En este caso, la conversación trascendió los temas habituales de las exposiciones de Galuccio. Rescatamos algunos pasajes en este resumen de la nota referida.
–¿Cuál es el balance personal que hacés de tu regreso a YPF?
–Es una oportunidad única que se le da a uno en la carrera. En mi caso, yo había llegado al tope de lo que profesionalmente uno puede aspirar: estar al frente de una empresa internacional de primerísima línea, con 120 mil empleados en todo el mundo. Y de repente, la posibilidad de volver al país, a la empresa en la que uno se formó, en un emprendimiento tan importante para el país que además cuenta con el aval de una Presidenta. Son cuestiones que trascienden lo profesional, son otro tipo de cosas que juegan al tomar la decisión.
–¿Lo dudaste?
–Son esas cuestiones que uno analiza pero no puede hacerlo racionalmente. Es el lugar de uno, que uno quiere mucho.
–¿Cómo es tu relación con la Presidenta?
–Es una relación muy profesional. Admiro mucho la dedicación que tiene a su trabajo. Y tengo de ella un apoyo incondicional. Me siento sostenido en las decisiones que hemos tomado. En el modelo que tenemos, es muy importante el alineamiento de la Nación con los intereses de la empresa. Hace que la compañía se potencie.
–¿Cómo fue ese primer encuentro con ella en El Calafate, adonde te llevó el gobernador Sergio Urribarri?
–En estos emprendimientos es muy importante ser capaz de visualizar el proyecto en común y tener las discusiones necesarias antes de subirse. Y esa reunión sirvió para eso. No lo sentí como un examen. Yo rescato el riesgo que tomó la Presidenta en traer a alguien que no conocía. Yo no vengo de la política, pasé muchos años afuera del país. Hay que tener mucha grandeza para hacer algo así.
–¿A qué atribuís el éxito del bono de YPF para pequeños ahorristas?
–Antes que nada, se lo adjudico a la confianza de la gente en YPF. De parte de nosotros, a la iniciativa de gente extremadamente creativa. Hoy hay muchos en el mundo mirando la experiencia nuestra como algo transgresor y creativo. Hubo un grupo de gente de YPF y del Gobierno, no voy a dar nombres, pero hubo una “impronta femenina” en impulsar este bono, que se impuso sobre gente que no creía...
–¿Tenían miedo de fracasar?
–Y, sí, todo lo nuevo tiene un riesgo de fracaso. Pero ya tuvimos dos emisiones sobresuscriptas. Hemos generado un nuevo modelo de ahorro e inversión. Es un tren que salió y ya no para.
–¿Cuál es el modelo de referencia para YPF?
–Yo creo en un modelo mixto, tomo el ejemplo de Statoil, de Noruega. Esto lo he discutido mucho con la Presidenta. Es una empresa profesional, competitiva, con un 63 por ciento de participación estatal. El resto es privado. Con un directorio muy profesionalizado, por estatuto constituido en un 40 por ciento por mujeres. Y hay cuatro representantes de los trabajadores, elegidos por los sindicatos, que son profesionales de alto nivel contratados para representarlos. Lo más interesante es que las ganancias que le corresponden al Estado van a un plan de pensiones petroleras, que es la manera en que el gobierno noruego distribuye la renta soberana con la gente común. Creo que es el modelo al que debemos tender, el que la Presidenta ha elegido y por el que yo estoy acá.
–¿Hay mayor aceptación hoy en el mundo de las petroleras con participación estatal?
–Si las principales compañías latinoamericanas con mayoría estatal juntaran su poderío y esfuerzo, tendríamos una nueva major, jugando en las grandes ligas, al nivel de Exxon Mobil o Chevron. Hoy en el mundo, todos los países que tienen gas y petróleo, han adoptado la modalidad de tener esos recursos como propiedad de los gobiernos. Hay una tendencia mundial para que los países tengan el control. Eso hace que las compañías tengan que adaptarse a una nueva realidad. Antes, las majors tenían la posibilidad de ser propietarios de esos recursos, pero la modalidad está cambiando y esas compañías cada vez más se tienen que adaptar a ser empresas de servicios, para producir esos recursos.
–¿En qué punto está el acuerdo con Chevron por Vaca Muerta?
–El acuerdo avanza. Tenemos un grupo de Chevron que viene al país semana de por medio básicamente a validar el modelo técnico y el modelo económico. Es público que Chevron tiene un problema de embargo en la Argentina. Yo, personalmente, pienso que esto no va a impactar en el acuerdo. Aunque, posiblemente, haya que buscar un modelo de negocio alternativo al que habíamos planteado.
–¿Te preocupan los cuestionamientos al sector por contaminación?
–En YPF tenemos el tema del medio ambiente como objetivo primordial. Los cuestionamientos que se hacen a la explotación que hace YPF son, en general, por falta de conocimiento de cómo se trabaja, o también puede ser por falta de comunicación de la empresa. Yo no haría ningún desarrollo exploratorio o de producción en el cual no me sintiera cómodo. Estamos haciendo una tarea de saneamiento muy importante, con una gran inversión. Y no tiene que ver con Vaca Muerta, donde no existen los riesgos de los que se habla. El saneamiento tiene que ver con desarrollos del pasado. El medio ambiente y la seguridad en el trabajo, para mí, no son negociables. La seguridad, porque no estaría conforme si no tenemos la tranquilidad de que cada trabajador pueda volver a su casa tras el día de labor. Y en el medio ambiente, porque tenemos la responsabilidad de dejarles a nuestros hijos un mundo mejor que el que tenemos.
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