Después de varias advertencias, la Secretaría de Comercio Interior pasó de las palabras a los hechos. Ayer clausuró durante cinco horas cuatro supermercados de distintas zonas de la provincia de Buenos Aires y la Capital Federal “al detectarse desabastecimiento de algunos de los 500 productos que se habían comprometido a comercializar ante el gobierno nacional”, según informó la dependencia que conduce Guillermo Moreno a través de un comunicado. Allí se precisó que los locales clausurados desde las 8 hasta las 13 fueron un Wallmart de Avellaneda, un Jumbo-Vea de Tapiales, un Coto de Capital Federal y un Carrefour de Tigre. No es casual que las sanciones hayan recaído sobre las principales empresas comercializadoras, y todas al mismo tiempo. Fue un mensaje de Comercio Interior al sector para que cumpla a conciencia el congelamiento convenido.

En las recorridas que vienen haciendo inspectores de Comercio Interior y en las que realizan los equipos de Mirar para Cuidar, liderados por las intendencias, se detectaron faltantes puntuales de distintos productos. Hay un cumplimiento total en cuanto a los precios pactados, pero es usual que escaseen algunas mercaderías. “No se dieron situaciones de faltantes generalizados, pero en la mayoría de los supermercados algún producto siempre falta”, comentó a este diario Claudio Boada, de Unión de Usuarios y Consumidores. Hasta ahora, Comercio Interior venía marcando esas fallas a las cadenas y pedía compromiso para que se ajustaran a lo acordado, con oferta y reposición suficiente. Sin embargo, ayer decidió actuar.

“Dicha obligación (el abastecimiento) fue advertida con la notificación de la Resolución 63/13, por la que se hacía saber que la falta de cumplimiento del compromiso asumido los haría pasibles de las sanciones establecidas por la Ley 20.680, de Abastecimiento”, indicó el comunicado oficial. “A raíz de las verificaciones practicadas, que comprobaron dicho incumplimiento, se aplicaron las medidas que la mencionada ley autoriza”, completó, justificando las clausuras por un lapso de cinco horas.

Las sanciones marcaron un punto de diferenciación en la estrategia que venía desarrollando Moreno hasta ahora. El funcionario negoció personalmente con las principales cadenas de supermercados la aplicación del congelamiento general de precios que rigió desde febrero hasta mayo y luego elaboró con ellos el esquema de salida gradual de esa medida, mediante la aplicación de aumentos regulados y el mantenimiento de un listado de 500 productos con precios sin cambios. A la vez, accedió a un histórico reclamo de las cadenas para conseguir una rebaja en el costo de las comisiones que les cobran los bancos y las tarjetas de crédito por operar con los plásticos. Lo que hizo fue darle impulso a la Súper Card, que reduce esas comisiones de 3 puntos a 0,75. Moreno se involucró en el proyecto e hizo participar a la Corporación Mercado Central, que le es afin. Los formularios para obtener las tarjetas están apareciendo gradualmente en algunos supermercados de la provincia de Buenos Aires, como por ejemplo en San Miguel.

En virtud de esa relación de trabajo diario del secretario de Comercio con los principales supermercados, las clausuras de ayer causaron sorpresa. Fueron “una advertencia”, una demostración de que “si hace falta actuar, vamos a actuar”, leyeron fuentes oficiales. Para el Gobierno es importante sostener el éxito de los acuerdos como ocurrió en el verano, que pese a las críticas de la oposición, logró cambios en la percepción de la inflación. Incluso dirigentes opositores como Héctor Polino admitieron estos días que el congelamiento dio resultado, ya que su propio relevamiento de precios de 38 productos comprobó que los aumentos acumulados entre enero y junio fueron de sólo 6,04 por ciento.