La presidenta Cristina Fernández encabezará hoy el acto en que adjudicará las obras de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, que se realizará en el Arzobispado de Río Gallegos. Sin embargo, la expectativa está puesta en el encuentro que mantendrá la mandataria al término del evento con los principales referentes del sector industrial, bancario y laboral. También se cursó invitación a cámaras comerciales y de la pequeña y mediana empresa. Lo inédito de la convocatoria, por la diversidad de sectores que participarán, lleva a ilusionar a empresarios con que podría darse inicio a una agenda de trabajo tripartita concreta, una iniciativa que CFK deslizó en varias oportunidades y nunca logró cristalizar. Desde Planificación tienen todo listo para esta reunión clave que se desarrollará en un hotel cercano a la sede eclesial.

A las 6 sale el avión charter que llevará a los empresarios a la capital santacruceña. En un vuelo de poco más de tres horas arribarán con condiciones climáticas no propicias para actos al aire libre: se prevé una temperatura de 4 grados bajo cero –la máxima será de apenas 2– y alta probabilidad de lluvia. El evento oficial tendrá lugar a las 11 en la Parroquia de Río Gallegos. Algunos empresarios, como en el caso del presidente del Macro, Jorge Brito, o en el de Helport, Eduardo Eurnekian, arribarán en avión privado. La megaobra de 24.000 millones de pesos será adjudicada al consorcio conformado por Electroingeniería, la china Gezhouda e Hidrocuyo. Electroingeniería también pondrá un charter para que arriben empresarios y miembros de la prensa.

La reunión tendrá como marco previo el duro mensaje que la semana pasada la jefa de Estado les dirigió a los titulares de la Unión Industrial y la Asociación de Bancos (Adeba). “No quiero al banco de suplentes (...), quiero a los titulares”, dijo en referencia a los candidatos de la oposición que en las primarias utilizaron como plataforma pedidos de empresarios, algunos de los cuales financian sus campañas. En el discurso brindado el miércoles pasado en Tecnópolis, Cristina señaló la posibilidad de concretar una mesa de debate, a la que incorporó a las centrales de trabajadores. Las invitaciones se enviaron la semana pasada al titular de Adeba, Jorge Brito; el vice de la Cámara de Comercio, Eduardo Eurnekian; el titular de la UIA, Héctor Méndez, quien asistirá con el asesor de la entidad fabril Daniel Funes de Rioja, y al presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, Gustavo Weiss.

Pese a no tener confirmación oficial de que se llevase a cabo la reunión posterior al acto, todos los invitados confirmaron su asistencia. La confirmación llegó luego con la ampliación de la convocatoria a entidades de pequeñas y medianas empresas, como la CGE, Cgera y CAME. “Es una excelente señal que nos podamos sentar a dialogar en la misma mesa con las grandes empresas y los bancos y con el Estado oficiando como intermediario. Muchos irán mañana (por hoy) con una agenda con reclamos, pero la idea es empezar una agenda de trabajo. No se puede pretender alcanzar acuerdos en una primera reunión. Nuestro objetivo es mostrarles a los grandes grupos la importancia de las pymes. Por eso es crucial el intercambio que podamos tener con los bancos y las cadenas de comercialización”, señaló a este diario el presidente de Cgera, Marcelo Fernández.

También participarán del acto el titular de la CGT, Antonio Caló, a quien acompañará el titular de la Uocra, Gerardo Martínez, y por la CTA concurrirá Hugo Yasky. El reclamo de los dirigentes gremiales se basará en la necesidad de una reforma tributaria que contemple el proyecto del diputado Héctor Recalde para que las personas físicas paguen Ganancias por su renta financiera, una adecuación en las alícuotas del gravamen para los trabajadores y políticas contra el trabajo esclavo e informal. Los empresarios discutirán puntos que –consideran– hacen a la rentabilidad del sector, como los precios, el tipo de cambio y las dificultades para importar. En ese sentido, Méndez adelantó que volverá a pedir que se agilicen los reintegros y las declaraciones juradas anticipadas de importación. Los bancos, que evidencian ganancias record todos los años, pretenden una menor regulación con sus actividades.