Sábado, 24 de agosto de 2013 | Hoy
ECONOMíA › OPINIóN
Por Emir Sader *
Nunca se ha producido tanta riqueza en el mundo y nunca ha existido tanta miseria, pobreza y desigualdad social. Sin embargo, mientras en el centro del capitalismo esos fenómenos se profundizan y se extienden, en América latina pasa lo opuesto.
A pesar de la recesión internacional, los gobiernos progresistas de la región han logrado no solamente resistir y no caer en recesión –como en todas las ocasiones anteriores–, como han resistido y han mantenido e intensificado sus políticas sociales redistributivas y de inclusión social.
El rol del pensamiento crítico es formular esa vía como alternativa, para que otros países del continente y de la periferia del sistema puedan darse cuenta de que no es necesario someterse a los préstamos del FMI. Es combatir el pensamiento único, que todavía busca imponer las reglas del capital financiero a los Estados endeudados. Los gobiernos progresistas han logrado salir de ese círculo vicioso y retomar vías de desarrollo económico y social.
El pensamiento crítico latinoamericano tiene delante de sí inmenso laboratorio de transformaciones sociales, regresivas y progresivas, en corto espacio de tiempo. Tienen la obligación de descifrar las lógicas de una vía y de otra, para entender sus mecanismos, descifrar sus obstáculos y proponer caminos que permitan dar continuidad a esos procesos.
Procesos únicos, porque nunca antes, en períodos de hegemonía de modelos conservadores en escala mundial, se había logrado eso. Nunca se había logrado salir del círculo infernal de las Cartas de Intenciones del FMI para retomar el desarrollo económico con inclusión social en tan poco tiempo.
Es, fue –y sigue siendo– posible porque esos gobiernos no han mantenido la prioridad del ajuste fiscal, sino que la han desplazado para la centralidad de las políticas sociales. Porque no han mantenido el Estado mínimo –y la centralidad del mercado– sino que han retomado el rol del Estado como inductor del desarrollo económico y garante de los derechos sociales. Porque no han firmado Tratados de Libre Comercio con los EE.UU., lo han sustituido por la prioridad de los procesos integral regional y los intercambios Sur-Sur.
Esta es la gran novedad en la lucha contra el neoliberalismo: la existencia de un conjunto de gobiernos, en América latina, que avanza en la superación del modelo neoliberal. Los ministros de Desarrollo Social de todo el continente se van a reunir en Buenos Aires del 16 al 18 de septiembre, convocados por el Ministerio de Desarrollo Social y por el Programa MOST, de Unesco –del cual la ministra Alicia Kirchner es presidenta–, para hacer un balance de la situación social de América latina y el Caribe. Es la más importante reunión de dirigentes de gobierno del área social que se hace en el mundo, justamente por las contribuciones que el continente está haciendo en el área.
Será un momento fundamental para que se pueda dar cuenta de los avances, las experiencias nuevas, las dificultades y el desarrollo desigual en el mismo continente –según las orientaciones de cada gobierno– del combate a la miseria, a la pobreza y a las desigualdades. El pensamiento crítico latinoamericano está invitado a recoger de las exposiciones, de los análisis y de los debates el más denso material sobre el tema central de nuestras sociedades, porque América latina sigue siendo el continente más desigual del mundo, a pesar de los avances realizados por los gobiernos progresistas de la región.
* Intelectual brasileño.
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