ECONOMíA › UN ESTUDIO MUESTRA QUE SEGUIRA ALTO EN 4 AÑOS
El desempleo es lo peor
Si la economía creciese más del cuatro por ciento durante los cuatro años de Kirchner, el desempleo seguiría alto: 13 por ciento. Esto es, crecer no resuelve la crisis automáticamente.
Por Claudio Scaletta
Si la economía creciese de manera constante a un promedio del 4,3 por ciento durante los próximos 4 años, el desempleo seguiría siendo de dos dígitos. Esto significa que recién sobre el final del actual gobierno el desempleo podría recuperar sus niveles precrisis para ubicarse en torno del 13 por ciento. Las cifras de esta proyección corresponden a un estudio de la Fundación Capital y evidencian que no puede esperarse que el crecimiento económico por sí solo resuelva las dificultades sociales que padece una significativa porción de la población.
Las encuestas de indicadores laborales realizadas por el Ministerio de Trabajo mostraron un aumento del empleo “registrado” privado, esto es en blanco, del 0,8 por ciento en los primeros cinco meses del año. Aunque la cifra corresponde al Gran Buenos Aires, el comportamiento en el resto del país registró patrones similares. Asimismo, el “índice de demanda laboral” que elabora la Universidad Torcuato Di Tella creció en un 55 por ciento en el primer semestre. Sobre esta base, la Fundación Capital proyectó un desempleo para fines de julio de alrededor del 16 por ciento, casi dos puntos por debajo del 17,8 por ciento registrado en octubre de 2002 y cinco por debajo del pico de 21 por ciento de mayo.
Con prescindencia del análisis del movimiento de estos números, el dato más llamativo que surge del estudio de la consultora fundada por el actual secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Martín Redrado, es el del comportamiento futuro del desempleo. El ejercicio de simulación mostró que si el actual gobierno consiguiese durante 4 años una tasa de crecimiento constante similar al 4,3 por ciento que se espera para 2003, al final del camino encontrará que el desempleo sólo se habrá reducido en tres puntos para quedar en el 13 por ciento. En otras palabras, seguirá siendo de dos dígitos y continuará ubicado al tope de los problemas sociales.
El escaso impacto de este crecimiento sobre el empleo también resulta llamativo porque el estudio de la Fundación Capital incorporó dos supuestos conservadores. El primero fue la utilización de una elasticidad del empleo respecto del PIB (esto es, cuánto crece el empleo por cada punto de crecimiento del producto) inicialmente baja, de 0,4, y creciente hasta llegar a 0,7. Esto se debe a que en muchos sectores de la economía el número actual de empleados sería suficiente para niveles de actividad mayor (un ejemplo puede ser el sector financiero). El segundo supuesto es una tasa de actividad (oferta de trabajo sobre el total de la población) cercana al 45 por ciento.
El economista Carlos Pérez, uno de los autores del informe, dijo a este diario que la baja incidencia sobre el empleo de un crecimiento de entre el 4 y el 4,5 por ciento se debe a que este nivel se encuentra apenas por encima del crecimiento vegetativo de la población, que es del 1,5 por ciento anual. En otras palabras, la expansión del PIB debe absorber la nueva demanda laboral que se agrega año a año y sólo después actuar sobre el desempleo. Dentro de esta lógica, la conclusión es que la única solución para llegar a tasas de desocupación de un dígito sería una suba sostenida del PIB de al menos el 6 por ciento anual.
Una segunda conclusión, aunque la Fundación Capital no la explicite, es que el desempleo tiene carácter estructural y que las políticas asistencialistas, como el Plan Jefas y Jefes o el programa alimentario, no podrán ser meramente coyunturales. Sin proponérselo, el trabajo deslegitima también las tesis del “derrame” y pone en evidencia la necesidad de políticas activas, tanto de emprendimientos productivos como de redistribución del ingreso para dinamizar el mercado interno.