ECONOMíA › UN ESTUDIO OFICIAL DESCRIBE LOS AVANCES Y CARENCIAS QUE AúN EXISTEN EN EL TRABAJO RURAL TEMPORARIO

Trabajadores golondrina del siglo XXI

Mediante una amplia encuesta, el registro nacional de trabajadores agrarios pudo determinar que los peones hacen base en su provincia antes de emprender cada destino laboral, los trabajos duran tres meses y la mayoría viaja sin su familia.

 Por Sebastián Premici

¿Cuál es la realidad de un trabajador golondrina? La imagen creada a lo largo de los años muestra a un peón que se la pasa recorriendo el país de provincia en provincia. Sin embargo, la realidad parece ser otra. A partir de un trabajo de investigación realizado por el Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios (Renatea), sobre una muestra de 1870 trabajadores de Santiago del Estero, pudo determinarse que los peones hacen base en su provincia antes de emprender cada destino laboral, los trabajos a realizar tienen una duración de tres meses como máximo y la mayoría viaja sin su familia. Otro aspecto relevante es que el 26 por ciento de los encuestados sostuvo que cuando no ejercen como peones rurales reciben una pensión o AUH.

“Los que reciben una asignación o pensión también trabajan en relación de dependencia en alguna parte del año. Sobre todo los trabajadores santiagueños, que tienen arraigada una cultura de migraciones, complementan sus ingresos con otras transferencias de recursos sociales. Son ingresos complementarios”, indicó el informe del Departamento de Investigación y Estadística del Renatea.

Del total de la muestra, un 51 por ciento respondió que su primera provincia de destino es Buenos Aires, para dedicarse al desflore de maíz o la producción de arándanos. Sin embargo, un 12 por ciento (191 casos) de los encuestados respondió que no sabía cuál sería su destino al momento de la contratación. Según Renatea, esto demuestra que todavía existe una importante proporción de peones que desconocen sus derechos laborales, que terminan sometiéndose a la arbitrariedad de sus empleadores.

De los 1870 trabajadores golondrina de Santiago del Estero, 896 tenían pensado dirigirse hacia Buenos Aires, mientras que otros 201 peones lo harían hacia Catamarca (11 por ciento) y otros 183 a Entre Ríos (10 por ciento). “La principal actividad a la que se dirigen los santiagueños es al maíz y, secundariamente, al arándano. En Buenos Aires y Catamarca predominan ambos cultivos, mientras que en Entre Ríos, sólo el arándano”, indicó el Renatea.

Un 24 por ciento de los santiagueños consultados respondió que desconocía el tipo de trabajo que iba a realizar. Este dato, sumado al porcentaje de desconocimiento sobre el lugar de migración, da cuenta de la arbitrariedad de los empleadores a la hora de contratar peones golondrina. El 54 por ciento de los encuestados (957 casos) accedió a un trabajo golondrina a partir de un arreglo con el “cabecilla”, que es quien se encarga de reclutar a los trabajadores. Después hay un 36 por ciento que tiene un arreglo directo con el productor o el capataz. “El cabecilla suele trabajar a la par de los peones que él mismo convocó, pero a diferencia de éstos percibe una bonificación según el desempeño productivo. El capataz, por el contrario, es quien supervisa el trabajo de las cuadrillas”, indicó la investigación.

Previo a la sanción del nuevo estatuto del peón rural y de la creación del Renatea, los trabajadores golondrina eran contratados por agencias de empleo, cuya participación quedó vedada a partir del nuevo marco regulatorio. La figura de agencia de empleo les servía a las empresas para tercerizar el contrato de peones, muchos de los cuales terminaban cayendo en situaciones de extrema precarización laboral.

Del total de trabajadores encuestados, el 47 por ciento (834 casos) piensa volver a su lugar de origen, mientras que un 49 por ciento (863) respondió que se iría a otras provincias, previo paso por Santiago del Estero. De los 834 trabajadores que regresan a Santiago del Estero, el 53 por ciento aseguró que no cuenta con trabajo asegurado al regresar y entre los que sí tienen, la ocupación más frecuente es la construcción (35 por ciento) y otras actividades no agrarias (19,0), entre las que se encuentran actividades comerciales, oficios de la salud, y otros oficios (taller mecánico).

La realidad socioeconómica de los trabajadores golondrina queda expuesta luego de la pregunta sobre los principales ingresos por hogar. El 40 por ciento manifestó que su principal ingreso proviene de un salario, pero un 26 por ciento indicó que su principal sustento se da por una combinación de la Asignación Universal por Hijo o pensiones. Por otro lado, el 39 por ciento respondió que en su grupo familiar había al menos una persona que recibía la AUH.

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El 26 por ciento de los trabajadores golondrina de Santiago del Estero dependen de la AUH.
Imagen: Pablo Añeli
 
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