Los Brics presentaron ayer su Nuevo Banco de Desarrollo y anunciaron la creación de un fondo común de reservas internacionales. En el cierre de la Sexta Cumbre del foro de países celebrada en Fortaleza, los mandatarios de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica firmaron el acta constitutiva del banco. Si los tiempos establecidos se cumplen, la nueva entidad comenzará a funcionar dentro de dos años y brindará financiamiento para proyectos de infraestructura. La iniciativa de los Brics busca ofrecer una alternativa a la arquitectura financiera internacional tradicional y disputar la dominación ejercida desde 1945 por las grandes potencias hegemónicas a través del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). El proyecto fue celebrado con cautela desde el gobierno argentino, donde enfatizaron la necesidad de concretar el postergado Banco del Sur incluso sin la presencia de Brasil. Hoy la presidenta Cristina Fernández participará de una reunión ampliada del bloque con los países de la región en Brasilia (ver aparte).

“Ojalá que estas ideas prosperen. Las grandes potencias utilizan al Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial a través de estrategias extorsivas para limitar los mecanismos de adjudicación de nuevos préstamos”, advirtió ayer el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, al cuestionar el retaceo de financiamiento para Argentina de esos organismos de crédito. “Nos parece que es muy importante que otros países, que son poderosos, tengan la capacidad de generar nuevos organismos para no aceptar siempre la extorsión de las grandes potencias, para tener autonomía para su desarrollo y para que no exista el predominio del sistema financiero, y que no esté impregnada de neoliberalismo extremo cada una de las decisiones que toman y adoptan estos organismos”, expresó Capitanich durante su conferencia de prensa matutina.

Una fuente diplomática consultada por Página/12 enfatizó la necesidad de relanzar el Banco del Sur ya que, aunque atractiva en términos geopolíticos, la nueva entidad de los Brics no ofrecerá en el corto plazo financiamiento para la región. “Primero se van a prestar entre ellos, eventualmente alguna línea de crédito llegará de esa entidad, pero no podemos depender de las migajas. Por eso tenemos que desarrollar un banco regional propio”, señaló a este diario un funcionario de larga trayectoria en el Ministerio de Relaciones Exteriores.

No obstante, si la iniciativa prospera, “se puede convertir en una alternativa dentro de diez años al financiamiento condicionado y limitado que ofrecen el Banco Mundial y el BID, al tiempo que fortalece las iniciativas donde nuestra capacidad de acceso al crédito está al límite como la Corporación Andina de Fomento (CAF)”, indicó a este medio un economista argentino invitado a participar de la cumbre en Fortaleza.

En diciembre de 2007, un día antes de que CFK asumiera su primer mandato, los presidentes de Brasil, Argentina, Venezuela, Bolivia, Uruguay, Ecuador y Paraguay firmaron en Casa Rosada el acta constitutiva del Banco del Sur. Desde entonces, los avances fueron escasos y lentos. “Todos los miembros dieron el visto bueno, pero el Parlamento brasileño todavía no ratificó el convenio constitutivo. Al gobierno de Brasil no le interesa el Banco del Sur, precisamente porque ellos apostaron por el Nuevo Banco de Desarrollo de los Brics”, explicó la fuente de Cancillería.

Desde el equipo económico indicaron a Página/12 que la ausencia de Brasil, la principal potencia de la región, no imposibilita concretar el proyecto aunque, reconocen, debilita su potencial. Luego de varios años de estancamiento comenzaron a registrarse avances: el mes pasado tuvo lugar una primera reunión del Consejo de Administración de la entidad y en una semana será el segundo encuentro en Buenos Aires. Todavía resta un extenso camino por recorrer, pero existe renovado consenso entre los miembros para avanzar.

El titular de la Fisyp, Julio Gambina, destacó ayer la necesidad de “generar una nueva arquitectura financiera regional para modificar el modelo productivo y de desarrollo” que permita limitar la dependencia “de inversiones externas o de los préstamos tradicionales del mercado financiero mundial y poder generar una base financiera para solventar la soberanía alimentaria, energética”.

La nueva banca de desarrollo de los Brics tendrá un capital de 100.000 millones de dólares y contará con una suscripción inicial de 50.000 millones aportada en partes iguales entre los cinco fundadores. La sede estará en Shanghai y el primer presidente será de India. El acuerdo debe ser ratificado por cada uno de los Parlamentos, luego se debe proceder a la reglamentación y la transferencia de los fondos iniciales: 10 mil millones de dólares para cada miembro, con 8 mil millones en garantías y 2 mil millones en efectivo. La entidad podrá ofrecer préstamos, garantías y hasta participación de capital en emprendimientos no sólo de los países miembros, sino también de otras naciones emergentes, pero siempre destinados a proyectos de “infraestructura y desarrollo sustentable”.

El objetivo es hacer frente a movimientos especulativos de capitales y problemas de balanza de pagos de los países del bloque.