Domingo, 10 de agosto de 2014 | Hoy
ECONOMíA › ALDO FERRER ASEGURA QUE “YA NO SE PUEDEN LLEVAR POR DELANTE AL PAIS”
En este reportaje, el creador del Plan Fénix refuta a quienes piden apurar un acuerdo con los fondos buitre para poder volver al mercado financiero. “En ninguna otra parte del mundo estos grupos especulativos tienen tantos amigos.”
Por Cristian Carrillo
“La hipótesis de que la Argentina se derrumbaba por no tener acceso al mercado financiero no está sucediendo”, señaló a este diario el economista Aldo Ferrer. El fundador del Plan Fénix y director de Enarsa ofreció una entrevista a Página/12 en la que analiza el desarrollo de la causa con los fondos buitre y su repercusión en la economía argentina. Destacó el carácter inédito del bloqueo que impuso el juez distrital neoyorquino Thomas Griesa sobre el pago de un vencimiento de deuda. “El planteo del Gobierno en el litigio frente a los fondos buitre desautoriza la especulación de que la respuesta era buscar deuda”, aseguró. También apunta contra los sectores que defienden la posición de los holdouts: “En el único lugar en el mundo donde estos grupos especulativos tienen amigos es en Argentina”.
–¿Cómo evalúa lo actuado hasta el momento por el Gobierno en el litigio con los fondos buitre?
–Lo interesante en esta situación es que en el contexto del reclamo buitre, la hipótesis de que la Argentina se derrumbaba por no tener acceso al mercado financiero no está sucediendo. Esto se debe a que el país tiene un piso que se sostiene de nivel de actividad y una solidez en el sector bancario que no anticipan burbujas especulativas. El país cuenta con mayor capacidad fiscal y un nivel de exportaciones mejor que en el pasado, mientras que subsiste un nivel de reservas internacionales que inhabilitan las hipótesis de un colapso financiero.
–¿No ve un impacto de esta puja en la economía?
–Los problemas fundamentales de la economía están de la frontera para adentro. Si bien el país está lejos de lo hecho en 2001, persisten problemas de alta inflación, tendencia recesiva de la economía, un consumo flojo y escasez de divisas. Todo esto en un escenario en que la capacidad de acción para recuperar la economía es reducida. Pero es posible revertir esa situación manteniendo las condiciones de solidez en la solvencia fiscal, la deuda reestructurada y a un país parado en sus propios recursos. El tema de los buitres nos plantea en carne viva los problemas internos de la economía.
–¿Considera entonces que la economía ya no corre peligro?
–Lo que digo es que esta situación puede durar mucho o poco, pero ya no se pueden llevar por delante al país. Si se aceptaba lo que piden los buitres, en cambio, se venía abajo toda la reestructuración de la deuda. Insisto, ese escenario de una economía subordinada al poder financiero no tiene lugar. De esa situación ya salimos pero se deben corregir ciertos desvíos.
–El desenlace en el litigio con los fondos buitre parece haber retrasado la posibilidad de acceder a financiamiento externo. ¿Cuál sería la alternativa para sortear la escasez de divisas?
–Si el Gobierno creía que el problema de la falta de divisas se soluciona con endeudamiento, estaba equivocado. No se puede cerrar un desequilibrio con deuda, porque termina siendo un factor adicional para esa escasez de divisas. De todos modos, el planteo del Gobierno en el litigio frente a los fondos buitre desautoriza la especulación de que la respuesta era buscar deuda.
–Algunos sectores internos insisten en la premura de acordar con los buitres...
–Si uno ve las críticas que se hacen en el exterior hacia lo actuado por el juez Griesa y el accionar de los buitres, nota que en el único lugar en el mundo donde estos grupos especulativos tienen amigos es Argentina. Los buitres son una lacra del sistema financiero internacional adheridos a la especulación.
–Si la solución no es el financiamiento externo, ¿cómo se sortea la restricción de divisas?
–A través de un ordenamiento de la macroeconomía y de la situación fiscal. Y de señales para el sector privado. La competitividad respecto del tipo de cambio no sirve en la medida en que los ajustes terminan siendo un serrucho, porque la inflación se come la competitividad. Lo que se requiere es un tipo de cambio de largo plazo real competitivo.
–-¿Así se recuperan las divisas?
–-El impulso tiene que venir del sector privado. Hay una masa enorme de recursos en la economía argentina que no está dentro del sistema, por eso es que desde el Estado deben darse señales de confianza: estabilidad de ese tipo de cambio, programas específicos de incentivos, apuntalar el sector de autopartes, reducir la brecha tecnológica y el déficit de hidrocarburos. Están los medios y las condiciones. El objetivo es no ir hacia atrás en un modelo inclusivo como el actual.
–¿Por qué hay habitualmente tanta renuencia de los empresarios argentinos a invertir? Ahora lo justifican en la incertidumbre derivada del juicio en Nueva York, pero el problema no es de ahora.
–Está por salir la semana próxima un libro mío que se llama El empresario argentino que analiza el papel de este sector en una economía de mercado en la actualidad. Lo que no se puede olvidar es que en el país hubo etapas de hasta genocidios sobre los empresarios y una tradición de incertidumbre para el sector. También es cierto que hay un acercamiento a las políticas neoliberales, pese a los resultados de éstas en sus propios negocios. Esto genera ese comportamiento. Para que el empresario invierta es esencial generar confianza. No comparto la idea de demonizar al empresariado. Hay muchas cosas que son por errores de largo plazo. El objetivo es orientar el núcleo productivo.
–¿Focalizarse en las pymes?
–No, en todo el tejido productivo. Muchas pymes actúan en la frontera tecnológica y albergan una vocación nacional más implícita. Pero también algunas grandes. Hay que evitar situaciones de tensión y explicaciones simplistas.
–¿Con autoabastecimiento energético se supera definitivamente la restricción externa?
–La nacionalización de YPF y la consecuente participación en Vaca Muerta es necesario para ser un actor fundamental entre los países petroleros. El autoabastecimiento es un aporte fundamental, pero hay países avanzados con fuerte déficit energético pero que los pagan con industria y tecnología. Nosotros lo hacemos con soja, que no alcanza para pagar las importaciones de autopartes. La industria es lo que diferencia el desarrollo y subdesarrollo de un país. Allí está el núcleo.
–¿Qué opina de la ampliación de los controles de precios?
–Es un elemento útil, pero tampoco se puede caer siempre en la posición de que existe una postura dominante. El problema no es que haya pescadores a río revuelto, sino que haya río revuelto. Cuando se percibe que la economía está sólida están dadas las expectativas de que se va a bajar la inflación.
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