- Recepción: El gobierno de Perú ofreció anoche una sabrosa recepción en el Museo de Arte Contemporáneo. El celebrado catering fue variado, pero las delegaciones extranjeras se concentraron en los tiraditos, el ceviche, los langostinos rebosados, los tazones de camarones y cangrejo, las bolitas de yuca (mandioca) y las aceitunas rellenas. Entre las opciones de bebida, el tradicional pisco sour y su versión a base de maracuyá eran la elección de las mujeres, mientras que un Malbec peruano del Valle de Ica era una opción reiterada entre los hombres. Frente al museo donde se realizó el evento se encuentra la parrilla Rincón Gaucho. El conocido restaurante estaba vacío, ya que el domingo un sicario asesinó a una persona que, como llevaba un DNI falso, todavía no fue identificada.

- Protesta: “Vamos compañeras, como nos movemos. Así, así, así barremos las injusticias”, cantaba sin demasiado ritmo un reducido grupo de trabajadoras del hogar reunidas en la puerta del hotel Delfines, donde se desarrolla la conferencia de la OIT. Ellas eran 19 y los policías que las miraban cómo bailaban eran más del doble. La informalidad laboral entre las mujeres en Perú asciende al 70,3 por ciento. Aunque existe un marco regulatorio específico, las trabajadoras del hogar peruanas aseguran que no se cumple.