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La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estimó que la informalidad en América latina asciende a 46,8 por ciento, lo que representa 130 millones de personas empleadas en condiciones precarias. “No es posible lograr un desarrollo incluyente si no mejoran las condiciones de trabajo y de vida de quienes se encuentran en la economía informal”, sostiene el informe presentado ayer por los especialistas de la OIT Juan Chacaltana, Fabio Bertranou y Linda Dillan. Los datos contemplan a asalariados, cuentapropistas y trabajadores familiares. Por eso, la tasa de empleo informal para Argentina es superior a la que releva el Indec. La informalidad alcanzó al 46,8 por ciento, mientras que el último dato sólo con asalariados correspondiente al segundo trimestre llega al 33,1 por ciento.

“No existe una bala de plata para reducir la informalidad. Se requiere un enfoque integral coherente que abarque las diferentes dimensiones y problemáticas en cada país”, indicó Bertranou, oficial a cargo de la oficina argentina de OIT, a Página/12. Las cifras regionales oscilan entre el 73,6 por ciento exhibido en Guatemala y un 34,1 por ciento relevado en Uruguay.

“El trabajo doméstico, el trabajo cuentapropista, el trabajo agrario y el empleo asalariado en la construcción y el comercio son los ámbitos críticos en donde existe mayor informalidad”, explicó el economista argentino durante una jornada donde los representantes de los gobiernos, sindicatos y empleadores mantuvieron una serie de discusiones vinculadas con el trabajo infantil y la informalidad laboral. Bertranou indicó que en los pequeños y medianos establecimientos de cinco sectores (construcción, comercio, transporte, almacenaje y comunicaciones, hoteles y restaurantes e industria) más el trabajo doméstico se concentra alrededor del 70 por ciento del empleo no registrado en el país.

El documento destaca el Plan Integral del Combate al Empleo no Registrado lanzado este año por el gobierno argentino, que creó el Repsal (registro de empleadores infractores), fortaleció las capacidades de fiscalización y dispuso un esquema de incentivos para los pequeños y micro empresarios. Los especialistas de la OIT advirtieron que la preservación del crecimiento económico y una dinámica de creación de puestos de trabajo formales son condición necesaria para avanzar en el combate de las diferentes dimensiones de la informalidad y la desigualdad.