Domingo, 26 de octubre de 2014 | Hoy
ECONOMíA › TRES OPINIONES SOBRE COMO FRENAR A LOS BUITRES
Durante la última asamblea del FMI, Página/12 consultó a tres especialistas sobre la situación del sistema financiero mundial y los fondos buitre. Argentina y los riesgos globales.
D. LOMBARDI, EX DIRECTOR DEL FMI
Domenico Lombardi fue director ejecutivo italiano en el FMI y el Banco Mundial. Nacido en Nápoles, hoy es el responsable del programa de Economía Global en el Centre for International Governance Innovation, un think tank canadiense. En Washington, en el marco de la asamblea anual del FMI, impulsó en un encuentro de países francoparlantes una declaración contra el accionar de los fondos buitre.
–La Asociación Internacional de Mercado de Capitales (ICMA) y el FMI promueven emitir bonos con cláusulas que limiten el accionar buitre. Y Naciones Unidas comenzó a discutir un mecanismo global para reestructuraciones de deuda. ¿Qué propuesta presenta mayor viabilidad?
–Idealmente, lo mejor sería un acercamiento integral a la problemática, un marco internacional para llevar adelante reestructuraciones de deuda. La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó una resolución y comenzó a discutirlo, pero creo que será muy difícil avanzar en ese camino. Once países se opusieron a la propuesta. Entre ellos figuran los principales centros de poder financiero y económico del mundo. Incluso si la convención viera la luz, ¿qué rol tendría si Inglaterra, Alemania, Japón y Estados Unidos no la reconocen? Esto no significa que la discusión sea irrelevante. Es muy importante y suma presión, incluso si no emerge un mecanismo internacional para realizar reestructuraciones de deuda soberana. Puede que no se llegue al mejor resultado posible, pero seguro será un avance frente al escenario actual.
–La interpretación que hizo el juez Griesa sobre la deuda argentina hace prever que no hay garantías de que los cambios contractuales puedan evitar el comportamiento buitre.
–Desde la Segunda Guerra Mundial hasta hoy la comunidad internacional creó diferentes instituciones para hacer frente a diversos desafíos. El FMI, el Banco Mundial, la OMC. Pero en el área de deuda no hay nada. Es un agujero en la arquitectura financiera internacional. En ese sentido, tanto el debate en la ONU como la propuesta del sector privado representan un paso adelante. La propuesta de ICMA ataca algunos de los puntos que presentó el caso argentino. Pero para que sean efectivos tiene que haber países que emitan bonos con las cláusulas nuevas. Kazajistán lanzó el primer bono con esas características, pero lo hizo con legislación inglesa. El desafío llegará cuando haya varios países que emitan con las nuevas reglas bajo la ley neoyorquina y, luego, que alguno de esos países tenga una reestructuración. Son pasos relevantes, pero va a tomar mucho tiempo para que arrojen resultados.
–¿Entonces, cómo se hace para restringir el accionar buitre?
–Hay que ser pragmáticos y no desestimularse. Tenemos opciones para poner en marcha. Una posibilidad es permitir que los países en problemas entren en una moratoria temporaria para reprogramar sus pagos. Pero no hay balas de plata. Si se es un Estado soberano que emite bonos bajo ley extranjera, nadie sabe qué puede suceder. En el caso argentino, el país tiene un importante respaldo y solidaridad internacional que no debe desperdiciar. Creo que Argentina debe profundizar su diálogo con G-20, FMI y el gobierno norteamericano. La situación actual va más allá del caso argentino. Desafía el rol de Estados Unidos como principal centro financiero mundial. En términos de emisión de bonos con legislación de Nueva York, está siendo afectado.
ERIC LECOMPTE, DE JUBILEE USA
Eric LeCompte, director ejecutivo de Jubilee USA, propone redefinir a los hedge funds que atacan a la Argentina y advierte sobre las consecuencias que un fallo a su favor podría acarrear para otros países. El activista recibió a Página/12 en la sede de la organización en Washington, ubicada dentro de las instalaciones de una Iglesia Luterana, justo detrás de la Corte Suprema de Estados Unidos.
–¿La situación legal de Argentina ante la corte de Nueva York es un caso aislado?
–Este tipo de comportamiento que llevan adelante los hedge funds predatorios no se limita a la Argentina, está diseminado por todo el mundo. Existen otros países que podrían ser afectados por el caso argentino. Popularmente se los conoce como fondos buitre, pero creo que esa es una denominación errónea. Los buitres levantan la basura, la carroña. Pero estos grupos son predadores. Persiguen a los países con crisis financieras y a las economías pobres y en desarrollo que reciben ayudas de condonación de deuda. Literalmente, le sacan la comida de la boca a la gente pobre.
–¿Quiénes están en la mira de los “fondos predatorios”?
–En lo inmediato, la interpretación de la cláusula pari passu que hizo el juez Thomas Griesa podría impactar en otros dos países que enfrentan demandas judiciales similares en las cortes de Nueva York. Un caso es la isla caribeña de Granada, y el otro es la República Democrática del Congo. Esos países tienen litigios parecidos en los tribunales neoyorquinos. El caso de Granada está en espera mientras se lleva adelante una reestructuración de la deuda. No sabemos cómo será afectado, pero seguramente el precedente de Griesa tendrá efectos. En Granada hay un grupo holdout, el Taiwan Import and Export Bank, que se niega a acordar con ese país. No se trata de un hedge fund predatorio, sino un banco. En el caso del Congo sí son predadores: se llaman Themis Capital, LLC y Des Moines Investments. También hay actividad predatoria en Europa, donde están comprando los activos estructurados con hipotecas y otro tipo de deudas en Rumania y Ucrania. La decisión del juez Griesa sentó un precedente a favor del comportamiento predatorio.
–¿Existe alguna posibilidad de revertir el fallo a favor de los demandantes convalidado por todo el sistema judicial de Estados Unidos?
–No parece que exista una solución por esa vía para el caso argentino. La única solución pareciera un hipotético futuro acuerdo entre Argentina y los fondos predatorios.
–¿Por qué cree que el gobierno de Estados Unidos es reticente a intervenir más activamente en la disputa?
–Estados Unidos intervino muy fuerte ante la Corte de Apelaciones y también en uno de los casos que llegó a la Corte Suprema. Presentó una serie de escritos relevantes. Pero fracasó en ser más activo en lo que podría hacer para modificar las leyes, de forma tal que dentro de nuestro sistema financiero sea ilegal el comportamiento predatorio. Hay formas de arreglar esta situación para el futuro, modificando algunas leyes en Estados Unidos sin la necesidad de un marco regulatorio internacional. Nosotros deseamos que emerja un mecanismo internacional para reestructuración de deudas soberanas, pero el gobierno de Estados Unidos no necesita ir tan lejos.
–¿A qué se refiere?
–Una solución podría ser modificar la ley de inmunidad soberana. Pero tampoco debe hacer algo tan fuerte. Hay formas de avanzar en leyes en Nueva York o Washington DC que esencialmente restringirían el accionar predatorio. Existen otras legislaciones presentadas ante el Congreso de Estados Unidos que dicen que si un grupo compra deuda en el mercado secundario, la rentabilidad máxima que pueden lograr es del 6 por ciento. Eso es otra forma. Hasta el FMI se dio cuenta de que se necesita algún cambio para evitar que lo que le sucedió a la Argentina se repita.
AMAR BHATTACHARYA, EX TITULAR DEL G-24
El G-24 fue uno de los primeros foros en levantar la voz para respaldar la posición argentina en la disputa con los fondos buitre. Uno de los promotores de ese accionar, el indio Amar Bhattacharya, titular hasta el mes pasado del organismo que reúne a los países en desarrollo de América latina, Africa y Asia, se desempeña ahora en el Brookings Institution, un reconocido think tank estadounidense.
–¿Considera que la deuda argentina está en situación de default?
–Argentina no tomó la decisión sino que una corte lo hizo. Decir que el país está en default implica que no paga. Pero es exactamente lo opuesto. Argentina está dispuesta a negociar pero de buena fe. No se puede tener una situación donde alguien compra a precio de remate y luego esperar una rentabilidad de 1600 por ciento.
–¿Existen cuestionamientos a la postura argentina en la disputa legal?
–Los hedge funds que demandaron a la Argentina exhiben un comportamiento predatorio y la posición argentina está totalmente justificada. Toda la comunidad internacional entiende que las decisiones del sistema judicial de Estados Unidos son realmente espurias. No sólo violan la cláusula pari passu que es vital para el funcionamiento del sistema, sino que también viola la inmunidad soberana. El G-24 apoya totalmente a la Argentina. El respaldo a la Argentina no sólo debe darse en términos de condenar las decisiones conocidas hasta ahora, sino para garantizar que en el futuro no tengamos este tipo de decisiones caprichosas en contra de países en desarrollo.
–Las decisiones de los tribunales de Nueva York tornan inviable cualquier negociación justa y sostenible. ¿Existe alguna salida para el caso argentino?
–No entiendo las decisiones de las cortes de Estados Unidos. La decisión de prohibirle al país que le pague a sus acreedores socava el sistema como un todo. Lo único positivo es que la gente está más educada sobre qué sucede y respecto a que Argentina está actuando de la forma correcta. Ese apoyo le puede dar margen de maniobra para buscar una solución. Los países avanzados deben intervenir y respaldar a la Argentina. Lo han hecho, pero debe ser más fuerte. Si Argentina acepta la decisión del juez, estaría robándole a sus ciudadanos.
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