Miércoles, 26 de noviembre de 2014 | Hoy
ECONOMíA › LA AUDITORíA GENERAL DE LA NACIóN AVALó LOS RESULTADOS CONTABLES DE AEROLíNEAS ARGENTINAS
El organismo de control convalidó la evolución de ingresos y gastos presentada por la compañía para el año fiscal 2012. Los directores de la AGN por la oposición votaron a favor, con “salvedades” menores. La gestión estatal redujo sus pérdidas de los privados.
Por Raúl Kollmann
La Auditoría General de la Nación (AGN) aprobó ayer, por unanimidad, el balance 2012 de Aerolíneas Argentinas. Desde 2008 que la AGN no aprobaba los balances de la línea de bandera, con el argumento de que no quedaba claro cómo se asignaban los fondos del Estado. Los directores ligados a la oposición se abstuvieron en todas esas votaciones. Esta vez, en cambio, todos votaron la aprobación “con salvedades”. Las salvedades, que son objeciones menores, tienen que ver con la valuación de repuestos o con dudas respecto del Impuesto a los Ingresos Brutos en la provincia de Buenos Aires.
Como se sabe, la AGN está encabezada por el radical Leandro Despouy y el organismo hizo público recientemente un informe cuestionando la cantidad de pilotos de Aerolíneas. El texto abarcaba hasta mediados de 2012. El argumento de la conducción de la línea de bandera es que en 2012 se sumaron aviones y se renovó la flota. Para ello había que formar pilotos. La imputación de la AGN es que Aerolíneas tenía 33 pilotos por avión, comparado con otras compañías que contaban con la mitad. Mariano Recalde, titular de AA, sostuvo que con la incorporación de los nuevos aviones y el aumento de los vuelos, la cantidad de pilotos se redujo proporcionalmente a menos de la mitad, porque no hubo contrataciones. Recalde calificó a aquel informe de “político y poco técnico”.
Ahora, la AGN terminó aprobando el balance de todo 2012. Uno de los cuestionamientos que se hacía a Aerolíneas era la falta de verificación de los balances. Lo cierto es que se presentaron en su momento, pero la AGN no quería aprobarlos porque no estaba claro cómo se asignarían los fondos del Estado: si constituirían una deuda o un aporte de capital. Si se trataba de una deuda, los pérdidas se engrosaban. Como aporte de capital, en cambio, no se computaba como un déficit, sino como una inversión del Estado. A partir de la última ley de Presupuesto se especificó que se trata de un aporte de capital. Sobre esa base, esta vez se votó el balance 2012 por unanimidad.
De acuerdo con el documento aprobado, Aerolíneas sufrió en 2012 una pérdida de 2407 millones de pesos, una suma de importancia, pero mucho menor a las pérdidas de años anteriores. En el primer año de la administración estatal, Aerolíneas registró una pérdida de 900 millones de dólares. Se venía de un desguace nunca visto en la compañía con las administraciones privadas de Iberia y Marsans. En términos de dólares, las pérdidas se redujeron a menos de una tercera parte. Desde el punto de vista de los aportes del Estado, la empresa pasó de recibir el 0,53 por ciento del Presupuesto a que se transfiera el 0,37 por ciento.
Recalde insiste en lo que considera puntos fundamentales: la existencia de más vuelos y, posiblemente, llegar a diez millones de pasajeros transportados en 2014 (ver aparte). La idea es que en 2015 se incrementen los vuelos en un 19 por ciento. Cuando Aerolíneas se estatizó tenía 26 aviones activos, hoy son 70 y vuela a 36 ciudades del país, de las cuales a 22 no vuela otra compañía.
La aprobación del balance es de suma importancia. Aerolíneas hizo en su momento un acuerdo con la AGN para que audite a la empresa como una firma estatal. Sin embargo, no se había logrado llegar a un acuerdo por los balances hasta éste de 2012. Se hizo trascender que el problema era la falta de transparencia, pero en verdad –según le dijeron a este diario fuentes de la AGN– el único punto crítico era la asignación contable de los fondos del Estado. Ahora que eso quedó clarificado, se aprobó el balance por unanimidad.
Como datos adicionales, en el documento votado por la AGN se consigna que Austral pasó de dar pérdidas a dar ganancias y lo mismo ocurrió con Jetpaq y Aerohandling. En el oficialismo siempre insistieron con que detrás de las críticas a la gestión de Aerolíneas se oculta la idea de privatizar la compañía. En algún momento hubo políticos opositores que lo hicieron explícito, pero en los últimos tiempos casi todos los candidatos reafirmaron que continuarían con la empresa en manos estatales. Es que cuando se hizo el rescate, después de una extensa pelea de los gremios, la empresa casi estaba en extinción.
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