El ministro de Economía, Axel Kicillof, aseguró ayer que son los fondos buitre los que deberán flexibilizar su posición si esperan llegar a un acuerdo a partir de enero. “Argentina quiere y puede pagar. El problema acá no es la Argentina. El problema son los buitres, que nunca quisieron negociar porque quieren cobrar el ciento por ciento. Los buitres quieren llevar a la Nación a arrodillarse. Eso no va a pasar con este gobierno. Nosotros queremos arreglar el problema en condiciones justas. En enero, pasada la cláusula RUFO, son ellos los que tienen que plantearse de nuevo el escenario. No es el país el que se está arrastrando por el desierto buscando el último dólar porque no tiene acceso a los mercados”, aseguró. El funcionario reivindicó los resultados del canje del Boden 2015 y reconoció que no fue una buena semana para lanzar una nueva emisión de Bonar 2024, por lo que dejó abierta la puerta para volver a ofrecer esos bonos.

Kicillof reiteró incluso que el resultado del canje del Boden 2015 dejó en evidencia que Argentina tiene el respaldo de los bonistas como para encarar con tranquilidad una negociación que incluya al conjunto de los acreedores que no entraron al canje de 2010 y no sólo a los fondos buitre. “Argentina no va a cambiar su posición. Argentina siempre dialogó, quiere arreglar el problema, pero en condiciones justas, equitativas, legales y sostenibles. Siempre estamos abiertos al diálogo con los bonistas que han quedado fuera del canje, que son más que los buitres porque hay otros que no han tenido comportamiento judicial y que no entraron en 2010. Lo que planteábamos es que no podemos negociar sólo con los buitres más agresivos, que son los que están en el juzgado de Griesa, y entonces entregar cualquier tipo de concesión para cerrar ese problema. Un argumento era que todo el mercado se quería ir de Argentina, y que había que apurarse y negociar porque si no iban a surgir dudas sobre la capacidad de pago. Lo que demostramos recién es que un elemento de extorsión, esa idea de que Argentina no quiere y no puede pagar, se cayó del precipicio porque Argentina puso 6700 millones de dólares y los bonistas argentinos, que no son buitres, no los aceptaron”, remarcó Kicillof.

“Nos encontramos con un enorme espaldarazo de confianza porque de los 6700 millones sólo 175 millones dijeron ‘me llevo los dólares’, todos los demás se quedaron con los bonos argentinos”, destacó el ministro, quien fundamentó que “si hubiera desconfianza, miedo, dudas, sobre la capacidad de pago, voy como bonista, y me llevo los dólares”.

Kicillof también se refirió al intento de suscribir Bonar 24 hasta un techo de 3 mil millones de dólares habiendo conseguido sólo 286 millones. “La semana pasada fue una semana negra para los mercados financieros y para todas las Bolsas y títulos de mercados emergentes como la Argentina. En ese contexto, era raro que vinieran muchas compras de nuevos bonos y vinieron igual por 286 millones de dólares, que es más que el monto que se reclamó en efectivo en el canje”, remarcó. El funcionario también descartó que la oferta haya estado mal armada. “En medio de ese vendaval financiero se hizo menos atractiva la oferta del Bonar 24. Por eso en otras condiciones vamos a evaluar volver a ofrecer toda esta operación. No fue la mejor semana para ninguno de los países como el nuestro”, sostuvo Kicillof.