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El ministro del Interior, Aníbal Fernández, dijo ayer que “no es un objetivo del Gobierno” la reestatización del Correo y sostuvo que en caso de que la Justicia decretara la quiebra de la empresa concesionada a Franco Macri se llamará a una nueva licitación. En el ínterin, según propusieron tres de los gremios del sector, la administración podría quedar a cargo de los propios empleados. Hoy, el juez en lo comercial Eduardo Favier Dubois tomará una decisión después de rechazar un pedido de Macri para extender la convocatoria de acreedores.
Hay dos alternativas: o se declara la quiebra, o se autoriza un sistema de salvataje empresario conocido como “crown dawn”, mediante el cual los principales acreedores podrían hacerse cargo del gerenciamiento de la compañía. En cualquier caso, quedaría abierta la puerta para que el Gobierno retomara el control de la empresa, ya que el Estado es hoy el principal acreedor.
La deuda del Correo de Macri, homologada dentro de la convocatoria, asciende a 900 millones de pesos, de los cuales al Estado le fueron reconocidos más de 200 millones en concepto de atrasos en el canon. Pero en realidad, como informó ayer Página/12, la deuda de Macri con el Estado es mucho mayor: asciende en total a 1000 millones de pesos. Unos 400 millones por atrasos en el canon desde septiembre del ‘99; 60 millones (sin contabilizar intereses) en préstamos del Banco Nación, que dejó de pagar hace más de 1000 días; y 528 millones que le reclama la AFIP por el “aprovechamiento indebido” de la rebaja de aportes patronales dispuesta por Cavallo.
“El objetivo de que (el Correo) sea estatal no es del Gobierno”, aseguró Fernández. “En ninguno de los 62 casos (de contratos de servicios públicos) el objetivo es reestatizar. En cualquiera de los casos la estrategia será reclamar que se cumpla con lo establecido en el contrato y, eventualmente, el que no lo hiciera así, que vuelva al Estado, pero no para quedarse en el Estado, sino para volver a relicitar”, explicó.
Por otra parte, aclaró que cualquiera de las dos opciones que decida la Justicia en el caso del Correo –sea la quiebra o el mecanismo de crown dawn– “va a ser la que más beneficie al Estado y la que menos perjudique a los trabajadores”. Fernández no quiso adelantarse a lo que podría suceder hoy: “sería temerario”, se excusó.