ECONOMíA › SE DILUYO LA PRESION DEL G-22 EN LA NEGOCIACION AGRICOLA
Los subsidios ganaron la batalla
Varias deserciones, unas cuantas ausencias y una declaración final de tono muy liviano marcaron la efímera vida del grupo de presión contra los subsidios agrícolas de EE.UU. y la Unión Europea. La reunión de Buenos Aires cerró con sensación de frustración.
Por Raúl Dellatorre
Acusando el impacto de las numerosas deserciones, lo que surgió de la reunión de la OMC en Cancún como el Grupo de los 22 terminó convertido ayer en una tenue sombra. Tan sólo 15 países llegaron al encuentro convocado en Buenos Aires, y de ellos sólo 12 suscribieron el documento final, cuyo tono lavado contrastó con la firmeza expuesta pocas semanas atrás en las playas mexicanas. En vez de un rechazo frontal a los subsidios agrícolas de Estados Unidos y la Unión Europea, la Declaración de Buenos Aires se cerró ayer con un tímido llamado a un “proceso de liberalización comercial sobre bases justas y equilibradas”. Fue el propio canciller anfitrión, Rafael Bielsa, quien se encargó de hacer explícito el mensaje pacificador hacia los antes cuestionados países dominantes. La reunión, dijo, “buscó desescalar el lenguaje confrontativo: no fue una reunión del G-22, del G-X o como quieran llamarlo, sino de países que tenemos una visión semejante de las negociaciones agrícolas”.
Brasil, principal impulsor del grupo contestatario de Cancún, prefirió calificar de “informal” este encuentro en Buenos Aires, para disimular el impacto de las deserciones y las ausencias. Similar actitud asumió la canciller chilena. “Habrá que ver en Ginebra si el grupo se mantiene y se conforma como tal”, apuntó Bielsa transfiriendo hacia más adelante una definición de la situación, no sin antes aclarar que el grupo, en ningún caso, quiere “trasladar las metáforas bélicas a las negociaciones agrícolas”.
Celso Amorim, canciller de Brasil, no tuvo contemplaciones en señalar ante la prensa de su país –ayer al término de las deliberaciones en el Palacio San Martín–, que “el G-22 no existe como tal, fue un grupo coyuntural” conformado al exclusivo efecto de fijar una posición común en la reunión de Cancún. El desencanto se comprende, tratándose del país que encabezó el planteo. Una postura que llevó, incluso, al director general de la OMC, Panitchpakdi Supachai, a admitir al grupo como uno de los sectores “clave para las negociaciones de la cuestión agrícola”, al mismo nivel de la Unión Europea y Estados Unidos, según recordó ayer por la tarde el mismo Amorim.
En el propio seno del G-22, reducido a 15 miembros por las deserciones de los dos países centroamericanos (Costa Rica y Guatemala) y la toma de distancia de Uruguay, Perú y otros miembros que prefirieron ocupar el sillón de “observador”, aún se debate quién adhiere y quién no. De cara a la próxima ronda de la OMC en Ginebra, en el mes de diciembre, sigue sin quedar clara cuál es la expresión que sintetizará la postura del conjunto. En el documento que finalmente se aprobó, los cancilleres y representantes de los 15 países de América latina, Africa y Asia que finalmente participaron de la reunión en Buenos Aires se manifestaron por la preservación del ámbito multilateral para las negociaciones comerciales e intentaron bajar el tono de las disputas con Estados Unidos y Europa por el fracaso de la última reunión en Cancún de la OMC. “El ámbito multilateral debe ser preservado porque es donde se pueden encontrar las mejores ventajas para nuestros países” y por eso “debe ser fortalecido”, dijo Rafael Bielsa durante la conferencia de prensa al cierre de la reunión.
La agricultura “es la parte central” del proceso de liberalización comercial, que debe darse sobre “bases justas y equilibradas” y cuyo objetivo es el “crecimiento de los países en desarrollo”, coincidieron los ministros y funcionarios. El documento también expresa “la importancia de la plena vigencia del sistema multilateral de comercio y de la OMC” y exhorta a los miembros de la organización al diálogo “constructivo”. Por último, los representantes de los 15 países participantes del encuentro instaron a “propiciar las convergencias que permitan alcanzar un resultado justo y aceptable para todos” y al respecto expresaron su compromiso a involucrarse “personalmente en la medida que ello contribuya a facilitar las negociaciones de Ginebra”. El canciller fue consultado también por la posibilidad de prórroga de la cláusula de paz establecida en la Ronda Uruguay y que impide a los miembros de la OMC entablar demandas contra los países que aplican políticas que distorsionan el comercio, como los subsidios agrícolas. Bielsa aseguró que el tema no fue tratado en la reunión, pero reafirmó la posición de la Argentina y de Brasil de no dar acuerdo para prorrogar la cláusula, que expira en diciembre.
Suscribieron el documento Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, China, Cuba, Egipto, India, México, Paraguay, Sudáfrica y Venezuela. En tanto, Uruguay, Guatemala y Perú acompañaron las reuniones pero sin adherir al documento.