EL MUNDO › AMNISTIA INTERNACIONAL Y LAS PROMESAS INCUMPLIDAS EN AFGANISTAN

Karzai no es el héroe de las mujeres

 Por Marcelo Justo

Página/12
en Gran Bretaña
Desde Londres

A casi dos años de la caída de los talibanes, la situación de las mujeres en Afganistán apenas ha mejorado a pesar de que la comunidad internacional citó a la situación femenina como una de las razones morales de su intervención militar en octubre de 2001. Un informe especial de Amnistía Internacional, la organización de derechos humanos con sede en Londres, revela una violación sistemática de los derechos femeninos que tiene lugar bajo el gobierno de Hamid Karzai. “Los líderes de la comunidad internacional, entre ellos el presidente de Estados Unidos George Bush y el secretario de Estado Colin Powell, prometieron que los derechos de las mujeres no serían negociables. La comunidad internacional no ha cumplido con su promesa. Es necesario actuar ahora para poner fin a los abusos que están ocurriendo”, señaló la directora de Amnistía Internacional en Gran Bretaña, Kate Allen.
El documento, titulado “Nadie escucha, nadie nos trata como seres humanos”, es una dura condena a estas promesas incumplidas. “La posibilidad de que una mujer sea violada o sufra actos de violencia sexual a manos de las bandas armadas que operan en el país es muy alta. El matrimonio forzado, en especial de niñas, y la violencia contra mujeres en la familia, son verdaderas epidemias en algunas regiones del país. Todo esto ocurre con el apoyo manifiesto o la cómplice pasividad de los agentes del Estado, los grupos armados, las familias y la comunidad”, señala el informe. El documento presenta una serie de casos individuales para ilustrar la situación. El caso de Fariba, que tenía 8 años cuando la familia la cedió para que se casase con un hombre de 48 años que abusó sexualmente de ella. Casos como el de Fariba jamás llegan a la Justicia afgana, dominada por sectores conservadores, que consideran que la emancipación femenina viola los preceptos de la Sharia (el código legal islámico).
Entre otras peculiaridades, la legislación afgana no castiga a un marido que asesina a su mujer si logra probar que ella cometía adulterio. Con los dados así cargados, los casos de violación raramente son investigados. Cuando una mujer pide divorcio por la violencia a que la somete su marido, la corte generalmente la devuelve al mismo hogar donde era castigada. “La única vez que las mujeres aparecen en el sistema legal es como delincuentes. Son los llamados delitos ‘zina’: adulterio, abandonar al marido y tener relaciones sexuales antes del matrimonio”, indica el informe.
Jamila, de 16 años, fue condenada a tres años de prisión por abandonar a su marido. A los 9 años fue cedida a un hombre de 85 para su casamiento. Ziba recibió la misma condena por escaparse de su hogar después de que la abusase sexualmente el primo con quien fue obligada a casarse cuando tenía 13 años. Una médica afgana entrevistada por el equipo de Amnistía da una idea de la gravedad del problema. “La violencia física y la doméstica son una práctica cotidiana. Hay muchos casos de fractura de brazos y piernas. Es algo cotidiano. La mayoría de los hombres afganos golpean casi rutinariamente a sus esposas”, dice la médica, que guarda su anonimato. La violencia está provocando un número creciente de suicidios. Según un empleado de un hospital en Herat, ciudad fronteriza con Irán, en una sola semana dos mujeres se inmolaron prendiéndose fuego.
Amnistía Internacional reconoce las dificultades que enfrenta el país tras 23 años de conflicto armado y señala que el gobierno de Hamid Karzai constituye un paso adelante respecto del fundamentalismo talibán. “El gobierno ha emprendido una reforma del sistema judicial y la policía. Estas reformas ofrecen una excelente oportunidad para proteger los derechos de mujeres y niñas. Pero nos preocupa que, a pesar de algunas medidas positivas, se desaproveche esta oportunidad única. No se ve una clara estrategia para asegurar que se terminará con la discriminación de las mujeres”, señala la organización de derechos humanos.
El informe llega en un momento particularmente delicado. Pronto se dará a conocer el proyecto de Constitución de Afganistán. Según ha trascendido, el proyecto prohibirá el matrimonio forzado, la adquisición de novias y garantizará escaños a las mujeres en el Parlamento. Sin embargo, el gobierno central apenas controla la capital Kabul y parte de sus alrededores, por lo que su capacidad de hacer respetar la ley es limitada. En su informe, Amnistía Internacional exhortó a los más de 5000 efectivos de la OTAN que se encuentran en Kabul a que extiendan sus operaciones más allá de la capital.

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Una afgana muestra su rostro, otras aún no.
La burka que las cubre no ha desaparecido del todo.
 
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