Miércoles, 18 de febrero de 2015 | Hoy
ECONOMíA › LA GESTIóN DE MAURICIO MACRI CUADRUPLICó LA DEUDA DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES
El stock de deuda se elevó de 501 millones de dólares a 2138 millones en seis años. Sube la proporción del presupuesto que se destina al pago de intereses y la nueva emisión de títulos apenas cubre los vencimientos más inmediatos.
Por Tomás Lukin
Bajo la gestión de Mauricio Macri, la ciudad de Buenos Aires cuadruplicó su deuda. Entre 2008 y 2014 los pasivos porteños pasaron de 501 a 2138 millones de dólares. Como resultado de ese proceso de endeudamiento, el peso de la deuda porteña trepó del 1 por ciento del Producto Bruto Geográfico hasta el 9 por ciento a lo largo de seis años. El proceso porteño contrasta con el desendeudamiento impulsado desde el gobierno nacional. A lo largo de la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner la deuda pública bruta como porcentaje del PIB se mantuvo prácticamente estable, alrededor del 40 por ciento, aunque se registró un cambio significativo en la composición de los pasivos. El stock de deuda con el sector privado se achicó aproximadamente 5,6 puntos porcentuales. De acuerdo con la última información oficial publicada por el Ministerio de Economía, correspondiente al primer semestre de 2014, esos pasivos representan el 11,7 por ciento del total.
La semana pasada, el gobierno porteño realizó una nueva emisión de deuda a seis años por 500 millones de dólares a una tasa de 8,95 por ciento. La mayor parte de esos fondos será destinada a cancelar vencimientos de capital e intereses de la deuda por más de 600 millones de dólares a lo largo del año. El principal desembolso llegará en abril, cuando amortiza un bono Tango. Esta última operación de endeudamiento estuvo canalizada a través de los bancos JP Morgan, Merrill Lynch y HSBC.
A lo largo de los últimos días, las autoridades porteñas ponderaron a través de los medios la “sobredemanda” que recibieron por su nuevo bono: las ofertas del mercado internacional habrían alcanzado los 2000 millones de dólares. A pesar de la aparente avidez del sector financiero extranjero por los bonos emitidos desde la ciudad de Buenos Aires, el equipo económico de CABA decidió no tomar más fondos que los 500 millones previstos inicialmente. Según difundieron desde el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, esa determinación tuvo como objetivo no convalidar un supuesto rendimiento de 9,25 por ciento, superior al pretendido.
Sin embargo, los datos difundidos la semana pasada no reflejan el destacado interés del mercado internacional pretendido por los equipos PRO. Las colocaciones internacionales de este tipo son lo que se denomina en la jerga un bookbuilding (“el armado de libro”). En el sistema de bookbuilding no se realiza una subasta de precio o rendimiento, sino que se indica a los inversores un determinado rendimiento objetivo por parte del emisor (en este caso, la Ciudad). Así, los bancos colocadores van armando un libro de órdenes por parte de los inversores interesados en participar de la transacción.
En el sistema que utilizaron las autoridades porteñas, siempre hay un determinado monto objetivo que el emisor busca conseguir y que, como sucedió en esta oportunidad, fue comunicado durante las reuniones con inversores. Con ese límite, el monto asignado a cada inversor es generalmente menor a la orden colocada. Es por esta razón que los inversores que quieren obtener el título de deuda en cuestión suelen inflar su pedido con ofertas adicionales a tasas mucho más elevadas, con el objetivo de tener una participación alta luego de que se distribuyan las órdenes entre los distintos inversores.
Por ejemplo, si un fondo de inversión británico sabía que CABA iba a emitir 500 millones de dólares (el dato era público), cualquier fondo que quisiera obtener 10 millones de dólares del nuevo bono podría suscribir órdenes por el doble o el triple de ese valor con el objetivo de quedarse con los 10 millones pretendidos en la distribución final.
Los 500 millones de dólares serán recibidos por el Banco Central, que le integrará a la hacienda porteña el equivalente en pesos al tipo de cambio oficial. Cuando ingresen al país esas divisas serán computadas en las reservas de la autoridad monetaria. Pero su presencia será sólo por un escaso tiempo. A comienzos de abril, la Ciudad deberá adquirir la mayor parte de esos fondos para cancelar un vencimiento de capital del primer bono Tango que emitió Macri desde que asumió.
“De manera consistente con las políticas neoliberales, que destinaban gran parte del gasto público para cubrir el pago de deuda y no para invertir en políticas públicas de salud y educación para la sociedad, en la CABA el peso de los intereses va a superar en 2015 al porcentaje que el Gobierno de la Ciudad destina para la función vivienda”, sostiene un documento reciente difundido por La Fábrica, el centro de estudios del Frente para la Victoria porteño. “El peso de la inversión real proyectada para 2015 sobre el gasto total está apenas por encima del valor del año 2005”, advierten los investigadores de La Fábrica.
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