El Ministerio de Planificación informó que ayer se realizó la prueba de soplado de la Caldera 1 de la Central Térmica a Carbón de Río Turbio. El próximo paso es la sincronización de la usina con la red eléctrica. Esas pruebas comenzarán la semana que viene y la conexión definitiva de la primera turbina se espera para el mes próximo, hecho que destacó ayer la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner. La central generará 240 megavatios de energía a partir del carbón proveniente del yacimiento Río Turbio, aunque también podrá funcionar a gas natural. La inversión total para el desarrollo de la central asciende a los 700 millones de dólares.

Además de la adquisición en la central, el Estado realizó desembolsos para cumplir con la provisión de la materia prima. Invirtió en bienes de capital que permiten extraer el recurso del carbón de uno de los nuevos frentes largos que se abrieron en el interior del yacimiento. Ese recurso tendrá su debut en la matriz energética nacional, ya que la energía generada en la central de Río Turbio se distribuirá al resto del país a través de las líneas de alta tensión que en últimos años se construyendo.

Ayer se completó un momento importante en el proceso de puesta en marcha de la usina al finalizar el soplado de la caldera, una suerte de limpieza para corroborar el funcionamiento del sistema de vapor. La semana pasada se había realizado el primer fuego en la caldera y la próxima se va a activar la primera turbina a modo prueba. Planificación espera que el mes próximo la central quede conectada definitivamente al sistema.

El Gobierno instrumentó un reacondicionamiento de las calderas de la central para que también puedan funcionar a gas natural. “El carbón tiene varios procesos desde que se extrae hasta que llega a la caldera, con cambios de composición, valor calórico y tamaño de sus partículas. La variación de cualquiera de estos componentes modifica la combustión de la caldera. Es aquí donde resulta esencial la provisión de gas, que hará más confiable y segura la operación”, explicó el ministro Julio De Vido. “Todas las centrales que construimos desde el año 2003 funcionan en forma dual a los efectos de lograr seguridad en el abastecimiento”, agregó.

El consumo anual estimado de la usina es de 1,2 millón de toneladas de carbón. Cuanto más carbón local utilice, menos será la demanda de importaciones de combustible proveniente de gasoductos de Bolivia o por barco. De Vido adelantó que el mineral ya está acopiado y disponible en superficie y que esa cantidad alcanza para los primeros seis meses de funcionamiento. El funcionario aclaró que “hoy no se extrae más carbón para que no pierda poder calorífico, por lo que hoy se sigue abocado a la preparación principal y secundaria de la mina y no a la extracción”. El yacimiento cuenta con reservas detectadas y probadas por 450 millones de toneladas, lo que da a la central una vida útil muy prolongada.

La central termoeléctrica de Santa Cruz es desarrollada con la modalidad llave en mano por una unión transitoria de empresas conformada por Isolux, Ghesa Ingeniería y Tecnología y Tecna Estudios y Proyectos de Ingeniería. La conexión eléctrica al sistema argentino de interconexión está prevista a través de una estación transformadora en la misma central y el tendido de alta tensión desarrollado por el Gobierno, por el cual también se distribuirá la energía generada por las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic sobre el río Santa Cruz. Cuando esté en pleno funcionamiento aportará 240 megavatios de potencia.