ECONOMíA › ALAN STOGA ATACA A KIRCHNER

“Fraude detrás de la magia”

 Por Julio Nudler

“La Argentina está viviendo una fantasía”, sostiene de entrada el ultraconservador estadounidense Alan Stoga, vicepresidente de la Sociedad de las Américas. Aquella afirmación abre un largo artículo difundido por el Consejo de las Américas (nombres parecidos, ideologías también semejantes) y cuyo propósito es comparar al presidente Kirchner con el Mago de Oz. Aunque se consigna que la transformación experimentada por el país después del desastre vivido “parece milagrosa”, rápidamente se añade que, “desafortunadamente, ella puede resultar demasiado milagrosa”. Es que el “milagro Kirchner” descansaría sobre dos falacias según este representante de la derecha estadounidense. La primera es que el crecimiento pueda sostenerse sin reformas económicas (no explicita cuáles) ni nueva inversión. La segunda, que un país serio pueda apartarse de sus compromisos internacionales sin sufrir consecuencias perdurables. Stoga alude, por tanto, al default y a la dura propuesta planteada a los acreedores, y es probable que esta renegociación de la deuda sea lo que lo haya impulsado a ocuparse de la Argentina. Sin margen para la duda y ni siquiera la incertidumbre, asegura que “tarde o temprano el fraude del mago será descubierto”.
A juicio del autor, el fuerte crecimiento del Producto este año es consecuencia de la gran devaluación que siguió al colapso de la convertibilidad. Y si no lo juzga sorprendente, tampoco lo considera sostenible porque, tan pronto se agote el efecto del tipo de cambio, “la economía caerá víctima de su anticuada legislación laboral, la falta de un sistema bancario que funcione y la debilidad del sector industrial”. Y agrega que “empresas que no toman personal ni pueden conseguir crédito son improbables plataformas para el resurgimiento de la economía”.
Stoga intenta situar el caso argentino en el contexto de la actual política estadounidense hacia América latina. Recuerda que un año atrás el Tesoro presionaba insensatamente al gobierno de Duhalde para que tomara decisiones para las que carecía de legitimidad. Como consecuencia de ello, Estados Unidos era ampliamente criticado por abandonar al país latino que había abrazado con mayor entusiasmo el Consenso de Washington. Pero esta vez, apunta Stoga, la Casa Blanca cambió su enfoque, “aparentemente para ganar credibilidad ante Kirchner, forzando al Fondo Monetario a aceptar un programa diluido”.
Diversas teorías darían vueltas procurando explicar el giro. Una es que el cortejo a Kirchner forma parte de una estrategia de la administración Bush para aislar a Brasil en la marcha hacia el ALCA. Otra es que el gobierno republicano se siente cada vez más nervioso por el creciente antinorteamericanismo y la ausencia de caras amistosas en América latina. Una tercera interpretación es que con su aparato de política exterior enfocado en Irak, su aparato de política económica dirigido hacia China y la recuperación estadounidense, y con el aparato de política interna concentrado en la reelección, nadie tiene ganas en Washington de una nueva crisis argentina. Por último, se supone que Estados Unidos no quiso tener que lidiar a nivel del FMI y del BID con los problemas financieros que hubiese ocasionado un default argentino con los organismos.
Todas o ninguna de estas explicaciones pueden ser ciertas, según Stoga, pero –acota– “lo que sabemos seguro es que si los avances económicos logrados por Kirchner resultan tan pasajeros como parece probable, su adhesión a la administración Bush, apenas tibia a lo sumo, desapareceríarápidamente”. Lo que tendría efectos más duraderos y perjudiciales –puntualiza– será el haber minado la ortodoxia fondomonetarista sin sustituirla por nada, con lo que a países como Uruguay o Ecuador se les tornará aún más difícil sostener sus programas de estabilización a la luz del ejemplo argentino.
Sin ocultar su antipatía, Stoga admite como posible también que la Argentina sea única, y que no provoque ningún efecto demostración por que ningún otro país en la región quiera “imitar los errores cometidos por sucesivos gobiernos argentinos ni atravesar las intensas distorsiones que han devastado a ese otrora orgulloso país”. La conclusión de este ultraliberal es que el régimen de Kirchner está siguiendo un camino que no lleva a ninguna parte. O, en todo caso, “a un destino trágico”.
Este artículo figura en ViewPoint Americas, que es una publicación del Consejo de las Américas, una organización que reúne a empresarios en torno de una ideología de libre comercio y apertura de mercados. Entre las notas incluidas este año figura una de Susan Kaufman Purcell bajo un título tan explícito como voluntarista: “El Consenso de Washington no está muerto”.

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