Martes, 26 de abril de 2016 | Hoy
ECONOMíA › EL FINANCIAMIENTO BANCARIO DEJó DE CRECER Y ARROJA RESULTADOS NEGATIVOS
La caída es del 0,7 por ciento, con bajas del 6,6 en descuento de documentos y del 5 en tarjetas. El año pasado creció 37 puntos.
La decisión del Banco Central de mantener las tasas de interés en 38 por ciento, con una fuerte contracción de la base monetaria, está estrangulando el crédito, principal canal de transmisión del ahorro a la inversión. El financiamiento total dejó de crecer y en lo que va del año acumula una retracción del 0,7 por ciento. El rubro que más exhibe ese comportamiento es el descuento de documentos, una herramienta muy utilizada por las pequeñas y medianas empresas, que perdió un 6,6 por ciento, seguido por el financiamiento con tarjetas de crédito, con un descenso del 5 por ciento.
El crédito es una pieza fundamental en la economía, ya que permite alentar la inversión y con ello incrementar la oferta. Este aumento en la oferta es importante para disminuir la inflación. Con esa idea y sin dejar de proteger el mercado interno, hasta el año pasado la política del Banco Central estuvo enfocada en aumentar el acceso al financiamiento, en particular de las micro, pequeñas y medianas empresas, que tienen menores posibilidades de obtener crédito en relación a las más grandes. Entre las medidas implementadas por el gobierno anterior se destacaba la Línea de Inversión Productiva, con tasa y plazos establecidos por el organismo monetario. La actual administración limitó el acceso a ese canal.
Durante 2015 el crédito total se expandió a un ritmo de 37 por ciento interanual. En el desagregado, el financiamiento con tarjeta subió 57 por ciento, los documentos comerciales crecieron 40 y los préstamos personales, 37. Por su parte, el crédito hipotecario, aunque continuó siendo escaso, creció al 15 por ciento anual, empujado casi exclusivamente por la banca pública y el Procrear.
La conducción de Federico Sturzenegger al frente del BCRA se focalizó en reducir la emisión de pesos y subir la tasa de interés para evitar que el exceso de liquidez se traslade al dólar. La política monetarista del funcionario se complementó con la desarticulación de controles a los bancos por cobro de tasas y comisiones, a lo que se sumó la oferta de letras con un rendimiento del 38 por ciento. Este instrumento fija un piso de tasa para que los bancos coloquen su liquidez en un instrumento seguro, compitiendo con el crédito privado. De un lado del mostrador los bancos toman ahorros pagando una tasa inferior al 30 por ciento y se dan vuelta y los colocan al 38 por ciento sin riesgo ni gastos administrativos.
El resultado fue el esperable: pasados menos de cuatro meses del año, el crédito presenta una dinámica totalmente opuesta. Si se desagregan los distintos componentes, las tarjetas de crédito perdieron un 5 por ciento. El crédito a empresas a través de documentos pasó de crecer un 40 por ciento en 2015 a caer un 6,6 por ciento en lo que va del año. El crédito hipotecario, que fue una promesa de campaña del macrismo, evidencia la parálisis del Procrear y de la banca pública, derivando en una contracción del 1 por ciento.
Esta caída coincide con un escenario de fuerte deterioro de indicadores de consumo y empleo, mientras que el gobierno de Mauricio Macri continúa apostando al arribo de capitales extranjeros vía endeudamiento para cubrir gastos corrientes y a la apertura del comercio para contener la inflación. Pese a que el gobierno desmiente que existan despidos masivos en la actividad privada, más allá de los echados de la función pública por la propia administración macrista, desde la Cámara de la Mediana Empresa (CAME) señalan que el mayor desempleo está relacionado con un menor consumo.
En realidad, se trata de un ciclo vicioso que se potencia: mayor desempleo implica menor consumo y éste último es utilizado por las empresas para justificar el despido de personal. Desde la Unión Industrial, según su secretario general Juan Carlos Sacco, la falta de crédito, sumada a tarifazos provocarán entre 100 mil y 200 mil despidos en pymes del sector fabril. La falta de crédito agudiza esta situación e impide que, a través de la inversión, se pueda revertir. Esto también conlleva a una mayor concentración de la actividad, ya que las grandes empresas que logran financiarse en el exterior a baja tasa irán desplazando a las pymes en cada rubro.
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