La canasta básica total, que mide el ingreso que requiere una familia para no ser pobre en la Ciudad, se ubicó en 12.708 pesos en junio, con un aumento del 2,8 por ciento respecto del mes anterior. Así lo informó ayer el centro de estadísticas porteño. Además, la canasta básica alimentaria, que fija la línea de la indigencia, cerró el mes pasado en 6.307 pesos, con un aumento del 3,2 por ciento en relación con mayo. Estas fuertes subas, que fueron un fenómeno repetido en los últimos meses, implican que una porción importante de la población pase a formar parte del universo de pobres. Distintos informes elaborados sobre la vulnerabilidad social registraron que en lo que va del año se sumaron más de 1,5 millones de individuos a la condición de pobreza. La caída del salario real, la pérdida del empleo y la aceleración notable del proceso inflacionario, por efecto de la política de corte ortodoxa aplicada por el gobierno de Cambiemos, fueron una constante en la evolución de la economía local en el primer semestre y potenciaron el incremento de la indigencia y pobreza en los principales centros urbanos del país.

En el documento “Línea de indigencia y pobreza para los hogares de la Ciudad de Buenos Aires”, elaborado por la Dirección General de Estadísticas y Censos porteña, se definen distintos tipos de hogares. El hogar tipo uno está compuesto por un matrimonio de 35 años, ambos activos, propietarios de la vivienda, con dos hijos varones de 9 y 6 años. Para este grupo representativo la canasta básica total pasó de 12.356 pesos en mayo a 12.708 pesos el mes pasado, al subir 2,8 por ciento. El hogar tipo dos está formado por un matrimonio de adultos mayores, ambos inactivos y propietarios de la vivienda, los que requirieron 6218 pesos para cubrir la canasta básica total en junio, cuando era 6027 pesos en mayo, lo que equivale a una suba del 3,2 por ciento. El hogar tipo tres se compone por un único individuo adulto de 25 años, con trabajo y dueño de la propiedad en la que vive. Para este grupo representativo se requirió 4443 pesos el mes pasado, contra los 4307 pesos de mayo, con un alza del 3,1 por ciento. El hogar tipo cuatro incluye un matrimonio de 25 años de edad, ambos activos y propietarios, quiénes necesitaron 7263 pesos en junio, contra los 7051 del mes anterior (+3,0 por ciento). Finalmente, el hogar tipo cinco también se compone por un matrimonio de 25 años, activos, pero que no son propietarios de la vivienda. En este caso, la canasta básica total ascendió 8942 pesos, contra 8682 de mayo, con una suba del 3,0 por ciento.

El relevamiento del centro de estadísticas porteño también desagregó en distintos tipos de hogares la canasta básica alimentaria, que pone un límite debajo del cuál una familia se encuentra en condiciones de indigencia. El hogar tipo uno necesitó percibir ingresos por 6307 pesos en junio para no ser indigente, cuando la cifra era de 6110 en mayo. El hogar tipo dos necesitó 3184 pesos, contra 3085 un mes atrás. Para el caso del hogar tipo 3 se demandaron 2068 pesos para cubrir la canasta básica alimentaria, contra los 2003 de mayo. El hogar tipo cuatro requirió 3825 pesos en junio para no caer en la indigencia, cuando eran de 3706 el mes anterior. Por último, el hogar representativo tipo cinco, en donde los individuos no son dueños de la propiedad en la que residen, se necesitaron 3825 pesos, contra 3706 el mes anterior. El incremento, en todos los casos, es del 3,2 por ciento.

El Indec no tiene publicaciones sobre línea de indigencia y pobreza desde 2013. Tras el apagón estadístico anunciado por el nuevo director del organismo, Jorge Todesca, en diciembre pasado, también se dejaron de publicar otros datos de la Encuesta Permanente de Hogares indispensables para evaluar la evolución del bienestar social. Por el momento sólo hay disponibles estudios de entidades como la UCA, que hace muchos años vienen relevando el nivel de pobres, las que aseguraron que en los últimos meses hubo un aumento de casi 1,5 millones de individuos en el universo de pobres que residen en la Argentina.