La AFIP embolsó 42 millones pesos en agosto por el blanqueo de capitales, es decir, algo menos de 3 millones de dólares. La cifra surge de un documento de estadísticas de la entidad recaudadora al que accedió este diario. En el primer mes del nuevo programa de exteriorización de activos no declarados, el interés de los inversores estuvo muy por debajo de las expectativas del equipo económico, que espera antes de marzo de 2017 embolsar de 2000 a 6000 millones de dólares. La llegada de divisas del blanqueo es la principal apuesta de Cambiemos para intentar reactivar la economía el próximo año, al fracasar en su estrategia inicial de conseguir una “catarata” de dólares por inversiones extranjeras directas. Algunos analistas, pese a los datos de agosto, son optimistas respecto del plan B de Macri y aseguran que hacia fin de año llegará una masa relevante de dinero por la exteriorización. Pero otros consultores del mercado siguen con dudas acerca de la efectividad de esta medida.

Los individuos con activos no declarados deben abonar la penalidad del 10 por ciento para ingresar al blanqueo en moneda local, con un tipo de cambio preestablecido en 14,90. Esto implica que cada 100 dólares blanqueados, el fisco recauda 149 pesos. Al tipo de cambio de hoy de 15,22 pesos, el inversor necesita 9,8 dólares para cubrir la multa, pero si espera a fin de año, cuando la expectativa de cotización de la divisa es de 16,5 pesos, la cifra que se requiere baja a los 9 dólares, por lo que se ahorra casi un 10 por ciento en la penalidad. Este es uno de los motivos por los que puede retrasarse la entrada de capitales a través del programa de exteriorización. La situación genera tensiones para el Gobierno, puesto que necesita mostrar resultados lo antes posible, con el objetivo de compensar las malas noticias que computa la economía real semana a semana. La industria, la construcción, el consumo y el desempleo, que son algunos de los indicadores centrales para observar el estado del mercado interno, muestran una performance de deterioro a un ritmo que no se veía desde finales de los noventa.

Las consultas acerca de cómo blanquear fueron numerosas en los últimos meses y eso lleva a que bancos y analistas de la city pronostiquen una buena performance de la exteriorización de capitales para finales de año. La opinión, no obstante, no es compartida por todos los economistas del establishment. Fernando Navajas, del centro de estudios ultra liberal FIEL, es uno de los más críticos. “Dudo que la magia del blanqueo tenga un efecto reactivante sobre la actividad económica y el mercado laboral. Contrario a lo que se dice y repite, yo tengo problemas conceptuales o analíticos para predecir el éxito de la exteriorización. No es creíble que se anuncie que se va a eliminar el Impuesto a Bienes Personales cuando la tendencia mundial –post libro de Thomas Piketty– es que esas tasas van a tener que aumentar”, señaló. Agregó que existe otra tensión que en la literatura económica se conoce como castigo moral. “La construcción de la lista de los ‘aquí están, estos son’ es inevitable. ¿Cuánta gente va a querer exponerse frente a la sociedad, la familia y los amigos?”

La entidad recaudadora, en tanto, incorporó ayer un inciso a la resolución que regula la moratoria impositiva, con lo que se agrega al régimen las obligaciones emergentes de declaraciones juradas de los impuestos a las Ganancias y Bienes Personales. Esto recae sobre las cargas presentadas con posterioridad al 31 de mayo de este año, por períodos fiscales vencidos a esa fecha. El organismo aclaró que cuando se trate de deudas en ejecución judicial, una vez acreditada la adhesión al régimen, se firme la resolución judicial que tenga por formalizado el allanamiento a la pretensión fiscal y se regularice la totalidad de la deuda demandada, la AFIP solicitará al juez interviniente el archivo de actuaciones.