La variación de los precios minoristas arrojó un retroceso del 0,8 por ciento en agosto, según el relevamiento de la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires. La cifra se explica por el fallo de la Corte Suprema que obligó a retrotraer los valores de las boletas de gas residencial. El rubro de vivienda y servicios básicos registró por ello una disminución del 9,5 por ciento. Los alimentos y la indumentaria, entre otros bloques relevantes para el consumo de hogares, marcaron cierta desaceleración y subieron a tasas de casi uno por ciento.

La fuerte recesión que atraviesa la economía está generando moderación en las remarcaciones del mercado interno, en el que hay una crisis de consumo. La estimaciones de inflación de las consultoras, que se promedian en el índice Congreso, anotaron una inflación de 0,5 por ciento el mes pasado, según anunciaron ayer legisladores de la oposición. Ese indicador reportó un alza del 43,5 por ciento interanual, variación idéntica a la registrada por el centro de estadísticas porteño. El Indec publicará hoy el índice de precios minorista.

El IPC de la Ciudad de Buenos Aires anotó en agosto una deflación, es decir caída en el nivel general de precios. Esto se debió a que el bloque del gas marcó una disminución del 67,7 por ciento tras el fallo de la justicia y provocó una caída de todo el índice de precios minoristas. Hubo otras disminuciones de precios en productos estacionales como las verduras, que marcaron una baja del 7,3 por ciento. Pero la mayoría de los bloques que componen el índice de inflación continuaron en aumento e incluso en algunos productos se observaron subas sustanciales. Ese fue el caso de aceites y grasas, que avanzó 7,9 por ciento, mientras que leches, productos lácteos y huevos tuvo un incremento del 2,8 y aguas minerales, bebidas gaseosas y jugos lo hizo al 3,6.

El resultado fue que el segmento de los alimentos y bebidas aumentó 0,9 por ciento en agosto y acumula un alza de 39,3 por ciento en los últimos doce meses. La cifra es superior a la recomposición salarial negociada por gran parte de los sindicatos. Esto lleva a distintos economistas a plantear que, pese a la desaceleración observada el mes pasado, la puja distributiva será el principal foco de presión para la inflación en lo que resta de 2016 y todo 2017. Indican que en septiembre habrá ajustes de entre 5 y 10 por ciento en productos claves de la canasta básica.

En lo que refiere a indumentaria y calzado, se observó un alza del 0,8 por ciento, al destacarse la suba del 1,1 por ciento en prendas de vestir. Alquiler para la vivienda anotó un avance del 2,7 por ciento y equipo y mantenimiento del hogar lo hizo al 0,8, en donde se subrayó el aumento del 1,0 en muebles, accesorios y alfombras y del 2,1 en herramientas y equipos para el hogar y el jardín.

Los precios asociados con salud continuaron avanzando por encima del promedio, al marcarse un avance del 2,1 por ciento en productos farmacéuticos, uno de los rubros de mayor sensibilidad para los segmentos vulnerables de la población. Transporte, en tanto, subió 0,7 por ciento y comunicaciones, 2,5, impulsado por el ajuste en los servicios postales del 9,1. Educación imputó un alza del 1,1 por ciento, en tanto que gastos fuera del hogar como restaurantes y comidas preparadas marcaron un incremento del 2,3. Los hoteles, al terminarse la temporada de vacaciones de invierno, registraron un descenso estacional del 14,8 por ciento, lo que estuvo potenciado por las caídas del flujo de turismo interno.

El índice Congreso, a diferencia del indicador del centro porteño, no marcó deflación en agosto pero si una desaceleración importante del indicador, al ubicarse en el 0,5 por ciento. Los legisladores que presentaron el dato aseguraron que se explicó principalmente por el fallo de la Corte. Pero marcaron que otros bloques claves siguieron mostraron fuertes tensiones. “El IPC Core mostró un alza que rondó el 1,9 por ciento, casi cuadruplicando el nivel general, motorizada por alimentos y bebidas, que aumentó cerca de 2 por ciento”, apuntaron.