ECONOMíA
Un rebote que se parece a un boom
El crecimiento en 2003 alcanzó al 8,4 por ciento, según la estimación de actividad económica del Indec. Lavagna, exultante.
Después de China, Argentina fue el país que más creció en el mundo durante 2003. “Pensábamos que el crecimiento iba a ser del 8 por ciento, pero la cifra final dio 8,4 por ciento; ésta es una de las cifras más grandes de aumento del producto que Argentina ha dado en los últimos años”, anunció, exultante, Roberto Lavagna. El dato luce impactante. Sin embargo, el Producto Bruto recién recuperó la mitad de lo perdido desde 1999, cuando la economía entró de lleno en la recesión.
El Gobierno no desaprovechó la oportunidad de celebrar el fuerte crecimiento de la economía que muestran los datos del Indec para el año pasado. En realidad, el organismo oficial no difundió ayer los resultados del Producto Interno Bruto (PIB) sino el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), una aproximación de aquél. Mientras el EMAE se releva mensualmente, el PIB –una radiografía más abarcativa de la economía– se elabora trimestralmente.
Sea como fuere, Lavagna no se detuvo en cuestiones metodológicas y exprimió hasta la última gota de la noticia. “En Argentina pasan cosas buenas y no todo se reduce al problema de la deuda”, sostuvo Lavagna, al hacer el anuncio, el cual le sirvió para descomprimir la conferencia de prensa que ofreció con el ministro de Finanzas alemán, Hans Eichel, sobre la dura negociación con los acreedores (ver página 11). “Las inversiones extranjeras directas han empezado a llegar desde mediados del año pasado y están dándose en diversos sectores de la economía; y eso es lo que nos hace pensar en la sustentabilidad que tiene este programa”, agregó.
El miércoles el Indec había difundido que la producción industrial siguió creciendo en enero último, cuando superó en 12,2 por ciento los niveles de actividad de igual mes del año pasado. Pero las cifras del EMAE superaron las expectativas oficiales. En diciembre, el indicador creció 10,9 por ciento, acumulando en el año la mencionada suba del 8,4 por ciento. Si este indicador es equiparable al producto, entonces no hay duda de que todos los pronósticos realizados para el año pasado quedaron descolocados.
En el Presupuesto 2003, elaborado por el propio Lavagna a fines de 2002, el Gobierno había calculado un modesto crecimiento del 3 por ciento. El Presupuesto 2004, en tanto, prevé un aumento del PIB del 4 por ciento. Pero hoy funcionarios y consultores privados admiten que el incremento sería bastante mayor.
Según el ranking de crecimiento 2003 de The Economist, con datos actualizados a noviembre último, Argentina se ubica cómodamente en el segundo lugar, detrás de China y delante de países que en el año pasado experimentaron un fuerte envión, como Rusia, Tailandia e India (ver cuadro). No obstante, no se puede obviar que el “boom argentino” parte de un piso muy bajo de actividad. De hecho, en el ‘99 el PIB se achicó un 3,4 por ciento; 0,8 por ciento en el 2000; 4,4 por ciento en 2001 y nada menos que 10,9 por ciento en 2002. Con el crecimiento del año pasado recién se recuperó el nivel del producto de mediados de 2001, cuando Domingo Cavallo era ministro y la economía se encaminaba inexorablemente al desastre.