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Acuerdo con las tabacaleras para recaudar más subiendo los precios

El convenio busca garantizar una suba en la recaudación para compensar la futura eliminación del impuesto al cheque.

El Gobierno ratificó por decreto presidencial, con acto en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno incluido, el convenio alcanzado a fines de febrero con las empresas tabacaleras para mejorar en 1500 millones de pesos la recaudación tributaria que ingresa por la venta de los cigarrillos. El acuerdo significa conceder un aumento de precios paulatino del 25 por ciento sobre el precio final del producto, a la vez que se mantiene la rebaja del 21 al 7 por ciento la alícuota del Impuesto Adicional de Emergencia que pesa sobre dicho precio. El fisco obtendría así recursos que compensarán la paulatina reducción del impuesto a los débitos y créditos bancarios, que aplicará a partir del segundo semestre.
¿Cómo se explica que bajar impuestos aumente la recaudación? El “pacto de caballeros” entre el Poder Ejecutivo y las tabacaleras, firmado por el ministro Roberto Lavagna por el lado del Gobierno y Claudio Gotelli y Eugenio Breard por la Cámara de la Industria del Tabaco, supone que la pérdida de recaudación por la baja de la alícuota resulta compensada por los mayores precios de los atados, pero también por la disminución del contrabando. En conjunto se espera que estas medidas redunden en 1500 millones de pesos anuales extra. El convenio, que tendrá una vigencia de dos años, establece taxativamente que en 2004 la recaudación sectorial deberá ser de al menos 3750 millones de pesos y de 4000 millones en 2005. Esto es, las tabacaleras se comprometen a tributar un piso de recaudación, que si es superado se acumula para el período siguiente, a razón de 2000 millones de pesos por semestre, salvo el actual en el que se aportarán 1750 millones.
La clave, sin embargo, está en el combate al contrabando, el principal enemigo a enfrentar. El argumento de las dos empresas que actúan en el mercado local, Nobleza Piccardo y Massalin Particulares, es que las ventas en negro se explican por la elevada carga tributaria, un fuerte incentivo para evadir.
Aunque en el acto de ayer en la Casa Rosada nadie lo dijo, en el Gobierno creen que lo sustancial para terminar con el contrabando será la colaboración de las empresas. La creencia no es antojadiza. Resulta del análisis inmediato de la estructura de mercado. Se trata de un monopolio de sólo dos firmas que, salvo las bocas de expendio minoristas, controlan toda la cadena, desde la producción a la distribución. Otro dato a tener en cuenta es que las marcas de los cigarrillos “ilegalmente comercializados” son las mismas que las que dichas empresas producen. En contraposición, las bocas de expendio, fundamentalmente kioscos y maxikioscos, están, por su naturaleza, altamente fragmentadas. Es difícil creer que sean ellas las responsables de un comercio ilegal multimillonario.
La concesión del Gobierno, entonces, es la disminución de dicha carga y el aumento de precios, pero por las dudas establece la voluntad de aumentar la colaboración de las partes sumando a los “organismos de fiscalización y a las fuerzas de seguridad” para combatir “el flagelo del comercio ilegal y, sobre todo, los mencionados pisos de recaudación.
Por otra parte, las empresas aportarán a la lucha contra el comercio ilegal 2 millones de pesos, los que se destinarán, entre otras acciones, a contratar los servicios de una consultora independiente “de reconocido prestigio” cuya tarea será “la realización de una medición de niveles de incidencia de la competencia ilegal” en coincidencia con los vencimientos de las metas semestrales.
En el acto de ayer en la Rosada el clima era de fiesta. Además del presidente Néstor Kirchner, estuvieron presentes el ministro Roberto Lavagna, el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño, y el gobernador de Jujuy, Eduardo Fellner, quien representó a las provincias productoras de tabaco.
Con los mayores ingresos emergentes del convenio aprobado por decreto, y no por ley como se intentó inicialmente, el Gobierno tendrá los fondos necesarios para rebajar la tasa del impuesto al cheque, según se acordó con el FMI para el segundo semestre del año.
Tras entregarles una copia del decreto a los empresarios tabacaleros, Kirchner calificó de “madura y clara” la negociación para alcanzar este acuerdo y destacó que “los empresarios del sector y el Gobierno entendieron que no era una discusión de intereses, sino que hacía al interés nacional, que abarca el interés global de todos”. Asimismo, el Presidente reconoció que su objetivo es “darles el destino que corresponda” a estos fondos y adelantó que serán invertidos en “políticas sociales y de trabajo”.

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Lavagna y Fellner, dos de los firmantes del convenio.
 
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