SOCIEDAD › ALLANARON LA PRODUCTORA DONDE TRABAJABA CASTRO
La pista de la mala praxis
Los investigadores quieren saber si el psiquiatra que atendía a Juan Castro estaba vinculado con Endemol y si se interrumpió su internación por motivos laborales. Allanaron dos clínicas.
Por Horacio Cecchi
La investigación por la muerte de Juan Castro tuvo un giro inesperado en las últimas horas. La fiscal Estela Andrades de Segura allanó ayer las oficinas de la productora Endemol, que realizaba el programa Kaos en la Ciudad. También allanó las clínicas Santa Rosa y Otamendi, donde el conductor estuvo internado hasta pocos días antes de su muerte. Tanto movimiento tiene como trasfondo la figura del psiquiatra de Juan, de su acompañante terapéutica y de una serie de sucesos que podrían indicar como mínimo mala praxis y su derivación en el suicidio de Juan. La hipótesis –que de probarse transformaría el caso en un homicidio culposo– busca comprobar si existía vínculo entre Endemol y el psiquiatra y si Juan fue apartado de su internación con fines laborales. En medio de todo esto, la familia Castro presentó un amparo contra la publicación de cartas privadas de Juan, que venían siendo difundidas por el periodista Luis Ventura en la revista Paparazzi, de Jorge Rial.
Llamaba poderosamente la atención que, a cuatro días de la muerte de Juan, se mantuviera el secreto de sumario en un caso calificado como suicidio. Ayer empezaron a iluminarse los motivos: la fiscal obtuvo la orden de allanamiento de la jueza Susana Castañera de Emiliozzi para ingresar en las oficinas de la productora Endemol, en Ravignani y Cabrera, Palermo.
Endemol es productora para Canal 13 del programa Kaos en la Ciudad, que conducía Juan Castro. Uno de los primeros indicios de que nada parece ser como se dijo fue que la fiscal trasladó la investigación por suicidio que llevaba adelante la comisaría 25ª a la División Homicidios de la Policía Federal. El allanamiento fue tan sorpresivo que dentro quedaron demorados todos sus empleados hasta promediar la noche. Según revelaron a Página/12 fuentes directamente vinculadas al caso, los investigadores estaban tras dos pistas: la del psiquiatra que había atendido a Juan Castro y tras la computadora que utilizaba el conductor dentro de la productora.
En el primer caso, según revelaron allegados a Juan y luego fue confirmado por los investigadores, existen diferentes versiones que señalan que el psiquiatra estaba vinculado a la productora. “Algunos dicen que trabajó para el programa Gran Hermano, pero no está chequeado”, reveló un investigador. Desde la productora negaron que el especialista hubiera estado vinculado a ese programa. La hipótesis de la fiscal busca comprobar ese vínculo. De hacerlo, estaría a un paso de probar otra sospecha mucho más escandalosa: la posibilidad de que Juan hubiera sido apartado de su internación en proximidad del lanzamiento de su programa.
En varias ocasiones, Juan Castro fue internado para superar su adicción a las drogas. El mismo lo había reconocido. Según un allegado al conductor, en los últimos tiempos permaneció en las clínicas Santa Rosa y Otamendi. “En la Otamendi lo internaron su pareja Luis, su familia y los amigos que lo querían bien, lo protegían y hacían todo lo posible por apartarlo de las drogas –confió muy reservado el allegado–. Allí estuvo en febrero, cuando sufrió su recaída más dura.” Según se desprende de varios testimonios recogidos por este diario entre el grupo de amigos íntimos, “el psiquiatra estuvo en desacuerdo en la internación y lo sacó”.
Según se dijo poco después de la muerte de Juan Castro, el conductor se había realizado un chequeo médico para realizar un viaje a Colombia. Según surge ahora de otras fuentes, el chequeo no habría existido, sino que se trató de la última internación, la que el allegado señaló en la clínica Otamendi. “La versión que investigamos –reveló una fuente de la investigación– es que le armaron una conferencia de prensa en la puerta de la clínica para que dijera que se estaba haciendo un chequeo médico. Después, siempre según esa versión que tenemos que comprobar, el psiquiatra le puso una acompañante terapéutica.” Tanto la idoneidad del psiquiatra como la de la acompañante están en la cuerda floja. Alrededor de la familia insisten con que el psiquiatra “abandonó a Juan en el momento en que más lo necesitaba, y hay muchos testimonios de que la acompañante era totalmente permisiva a que Juan consumiera drogas”. También sostienen que desde que ocurrió todo “nadie de la familia jamás recibió ningún llamado del psiquiatra”.
Los allanamientos en las clínicas Santa Rosa y Otamendi buscaban obtener las historias clínicas de Juan. Allí quedarían delimitadas las responsabilidades. De todos modos, según reveló a este diario un psiquiatra especializado en adicciones, “es muy difícil comprobar la mala praxis. Si la última vez que el especialista lo vio a Juan éste no refirió ninguna idea suicida, no hay forma de que lo vinculen con mala praxis. Otra cosa es que se demuestre que se haya negado a realizar la internación existiendo evidencias fuertes de que era necesaria. La discusión es si corresponde o no una internación. El tratamiento no está estandarizado”. Por otro lado, el especialista agregó que en el caso de la acompañante terapéutica, suele recomendarse durante las 24 horas. Para el caso, habrá que recordar que al arrojarse al vacío Juan se encontraba solo en su departamento.
Fuera de la cuestión del suicidio, la fiscal investiga otras responsabilidades: la difusión de las cartas privadas de Juan (ver aparte) por los periodistas Jorge Rial y Luis Ventura. La búsqueda de la computadora de Juan en la productora Endemol está en esa línea: se intenta determinar cómo robaron los mails personales del conductor y cómo llegaron a manos de la prensa canalla.