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La Asociación de Damnificados por la Pesificación y el Default (ADAPD) rechazó ayer la invitación del Gobierno para la segunda ronda de entrevistas por la renegociación de la deuda y solicitó una nueva fecha de audiencia por considerar que la oferta “tiene errores técnicos”. “Hasta que no quede todo claro no nos vamos a sentar a conversar porque si no sería un diálogo de sordos”, sostuvo Marcos Zelasco, directivo de la entidad. La queja es porque el Ministerio de Economía todavía no brindó la información con todos los detalles sobre la nueva propuesta a los acreedores.
El Gobierno tenía previsto comenzar hoy el diálogo con los bonistas, pero se encontró con el primer traspié. La decisión de ADAPD podría influir en la Asociación de Ahorristas de la República Argentina (AARA), cuyo encuentro con Economía está programado para el próximo viernes. Roberto Lavagna, por su parte, intentó ponerse firme, al afirmar que “ya estamos en la etapa de vender (los nuevos títulos). Ahora es el mercado el que tiene que decidir”.
La respuesta que vienen dando distintos grupos de bonistas por ahora no son muy positivas. Es una forma de presión para lograr que el Gobierno flexibilice todavía más su oferta. Los pagos a los acreedores serán de más del doble de lo anunciado el año pasado en Dubai. Aun así, los acreedores pretenden que haya un pago inicial en efectivo. Además, durante el fin de semana, representantes del ABN-Amro Bank consideraron que “este canje no va a ningún lado”, mientras que la división negocios de Goldman Sachs declaró no ser “optimista sobre la nueva oferta de la deuda”.
Desde Italia, el Comitato Creditori Argentina (CAC) afirmó que “ninguno puede pensar en aceptar esta propuesta”. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, relativizó estas posiciones y señaló que los acreedores “están observando el esfuerzo que está haciendo el país, y que hay buena predisposición, contrariamente a lo que muchos anuncian en Buenos Aires”.
La decisión de ADAPD de rechazar la invitación para hoy para reunirse con los técnicos de Finanzas es un contratiempo importante en la estrategia de Economía de captar la adhesión de los bonistas. De todos modos, el Gobierno ratificó que mantendrá sin cambios la oferta.