ECONOMíA › FUERTE CAIDA DE LAS ACCIONES LIDERES: 3,4 POR CIENTO
El miedo a la suba de tasas
La posibilidad de que el escenario financiero internacional se complique más allá de lo previsto provocó ayer turbulencias en los mercados. Las acciones volvieron a derrumbarse, esta vez un 3,4 por ciento. Y ya acumulan una pérdida de 10,2 por ciento en las dos semanas que van de junio. A su vez, los títulos públicos cedieron entre 1 y 1,5 por ciento. Hoy va a ser una jornada clave en los mercados internacionales.
Está previsto que a los nueve y media de la mañana el gobierno estadounidense divulgue la inflación del mes pasado. Los analistas de los principales bancos de Wall Street pronosticaron un alza de los precios del 0,4 por ciento, y del 0,2 excluyendo los rubros volátiles, como alimentos y energía. Los analistas creen que si el costo de vida superase estos guarismos, Alan Greenspan aceleraría el proceso de suba de la tasa de interés. Un director de la Reserva Federal (banca central estadounidense) dejó la puerta abierta a que el alza de la tasa sea más fuerte al esperado. Fue Jack Gu- ynn, quien dijo que la institución nunca prometió que el aumento de la tasa será un proceso lento.
José Siaba Serrate, experto en finanzas internacionales, comentó a Página/12 que “se instaló la duda de si la suba será, en vez de un cuarto, directamente de medio punto”, en la reunión de la FED de fin de mes. Siaba Serrate señaló que si esta vez sube un cuarto –de 1 a 1,25 por ciento–, el avance de medio punto se dará en el encuentro de agosto. Todo dependerá de la inflación que se conozca esta mañana.
Ante esta perspectiva, los mercados arrancaron la jornada por el tobogán. Una tendencia que en el microcentro se acentuó después del mediodía, cuando se conoció que la reunión entre Néstor Kirchner y Felipe Solá quedaba suspendida hasta esta tarde. En la city enseguida interpretaron que, no obstante la información oficial, la postergación obedecía a que se habían profundizado las diferencias entre la Casa Rosada y el duhaldismo.
Más allá de las especulaciones de los financistas, lo cierto es que la ola bajista se extendió por varios recintos. En Nueva York, el índice Dow Jones cayó 0,7 por ciento y el panel tecnológico Nasdaq, el 1,5. En Brasil, el retroceso resultó del 1,9 por ciento, que fue acompañada por una devaluación del real. La moneda brasileña terminó en 3,165 unidades por dólar, contra 3,14 del último viernes.
En la city sospechan que las turbulencias se seguirán sintiendo, más aun en el caso de que en Estados Unidos se confirme un rebrote inflacionario. En diálogo con este diario, Rodolfo Acosta, analista de Mercado Abierto, pronosticó que el MerVal podría caer en las próximas sesiones hasta los 800 puntos (ayer cerró a 855).
El cambio de escenario en Estados Unidos es la clave para entender la actual agitación. Alan Greenspan, quien hasta hace un mes defendía una tasa bajísima –se encuentra en el 1 por ciento anual–, ahora endureció su discurso. Tanto, que los principales bancos de inversión se ven obligados a revisar al alza sus pronósticos una vez a la semana. Ante este panorama, los capitales golondrina huyen de los mercados emergentes y se amparan en los ahora más rentables bonos del Tesoro estadounidense. Pero la mayor complicación la tiene Brasil, que debe refinanciar su deuda. La suba en los costos le complica el panorama. Cada vez hay menos inversores dispuestos a prestarle, y quienes lo hacen reclaman mayores beneficios. De hecho, Lula da Silva tuvo que posponer el lanzamiento de un título de la deuda y se vio en la obligación de pagar con las reservas los 10.000 millones de dólares de un vencimiento. Bajo esta presión, ayer el riesgo país subió un 3,5 por ciento y quedó en 704 puntos, ante la fuerte caída de los bonos de la deuda.