ECONOMíA › RETORNO DEL TIPO DE CAMBIO A LA PARIDAD

Cuándo se acabará la ventaja

 Por Julio Nudler

Cuando el dólar se agita, y también cuando permanece nominalmente estable pero los precios internos empiezan a moverse, resurge la pregunta obligada: ¿qué será del tipo de cambio real? La pelea es conocida. Unos reclaman que se lo deje converger (bajar, en el caso argentino actual) hacia la paridad de equilibrio, o la que se considere como tal. Otros prefieren que se sostenga la subvaluación del peso para favorecer la competitividad de la industria y de ciertos servicios transables. Pero la preocupación por estos asuntos no es exclusiva de este país. Prueba de ello es un estudio que dio ayer a conocer el Fondo Monetario Internacional sobre la convergencia del tipo de cambio real hacia la llamada paridad de poder adquisitivo (PPP, como se la codifica en inglés).
El análisis abarcó datos de 90 países, incluyendo a la Argentina entre los 70 en vías de desarrollo. Sus autores, Paul Cashin y C. John McDermott, eligieron el período 1973-2002, conocido como post Bretton Woods dado que la era inaugurada por la célebre reunión que dio nacimiento al FMI y al Banco Mundial concluyó cuando, a comienzos de los ‘70, los países desarrollados fueron abandonando los tipos de cambio fijos. En aquel momento se abolió la convertibilidad del dólar en oro.
La teoría de la PPP, en su formulación más rudimentaria, establece que hay un nivel de equilibrio hacia el cual convergen los tipos de cambio, de modo tal que las monedas extranjeras tengan el mismo poder de compra que la local. Vale decir que, en algún momento debería volverse a una situación en la que con un dólar se pudiera adquirir en la Argentina tanto como con el equivalente en pesos, al tipo de cambio del momento.
Un resultado al que llegan estos economistas es que los desvíos del tipo de cambio real respecto de la paridad de poder adquisitivo desaparecen mucho más rápidamente en los países industriales que en los subdesarrollados, en los que pueden resultar permanentes. Por otro lado, la reversión es más veloz en economías con regímenes cambiarios flexibles que en aquellas con tipo de cambio fijo, el cual naturalmente traba la actuación de las fuerzas de mercado.
En 50 de los 90 países estudiados se halló una marcada probabilidad de que los shocks sufridos por sus tipos de cambio reales resultasen transitorios. Pero en los restantes 40 países de la muestra, todos subdesarrollados, esos shocks tienden a convertirse en permanentes. En todo caso, como la reversión hacia la PPP había sido muy poco investigada en relación con los mercados periféricos, este estudio divulgado por el FMI resulta bastante menos optimista en cuanto a la velocidad de corrección de los desvíos. Por ende, la cuestión tiene asegurada su permanencia en las discusiones que libran en instituciones como la OMC.

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