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El estreno de Ricardo Lavagna en el mercado cambiario resultó promisorio. En la plaza que opera “por cuenta y orden” del Banco Central, el dólar cerró a 2,90 para la compra y 3 pesos para la venta, 15 centavos debajo del cierre de hace diez días. En el mercado libre, la moneda estadounidense cayó de 3,25 a 3,05 pesos. Mientras que en el segmento mayorista, la divisa perdió el 7 por ciento, al llegar a 2,92 pesos frente a los 3,14 que valía el viernes 19. Frente a la tranquilidad del mercado de cambio, la autoridad monetaria se dio el gusto de comprar 26 millones de dólares. En todo caso, la mala noticia refirió a la altísima tasa de interés que pagó el BCRA para enfriar el tipo de cambio.
La estrategia desplegada por el BC para bajar el dólar fue la siguiente: vender, a primera hora de la mañana, dólares a 3,25 pesos. De esa manera, estableció un precio de referencia. Poco más tarde, ofreció billetes a 3 pesos. Así, castigó a quienes al principio le compraron jugándose a que la cotización subiría. Inmediatamente, hubo una marcada caída del dólar en el mercado mayorista, desde los 3,14 del último cierre hasta 2,85. Sin financistas que quisieran pulsearle, el BC intervino sólo para comprar los dólares que vendieron los exportadores. Estas compañías tenían en su poder los billetes acumulados durante las cinco jornadas de feriado bancario.
En el balance total, el Central colocó en el mercado 1,5 millones de dólares pero adquirió otros 27,5 millones, lo que le dejó un saldo positivo de 26 millones. En el mercado minorista repartió tan sólo medio millón de dólares debido a que en los bancos y casas de cambio hubo gente necesitada de efectivo que salió a vender billetes. En referencia a este mercado, juega a favor de la estrategia oficial las restricciones impuestas últimamente. En concreto, el máximo de 500 dólares o de 5000 en el caso de los clientes de las entidades financieras para las operaciones “por cuenta y orden” del BCRA.
Además de la liquidación de los exportadores, la baja del dólar se debió a las altas tasas de interés que convalidó la autoridad monetaria. En la licitación de Letras del Banco Central (Lebac), el costo ascendió al 94,8 por ciento anual. Si bien el BC quiso colocar 170 millones, sólo consiguió aspirar 61,4 millones. La licitación de Letras dolarizadas, anunciadas a último momento para dar una señal contundente de que el Central estaba dispuesto a “secar” la plaza de pesos, quedó desierta. En la city explicaron que Mario Blejer, titular del Central, se negó a convalidar las tasas que le ofrecieron los bancos, de entre 60 y 126 por ciento anual. Semejante alza en el costo del dinero se trasladó a los préstamos interbancarios, que se ubicaron entre 100 y 110 por ciento. Y a las tasas ofrecidas por algunos bancos para que las AFJP depositen allí sus fondos, en el orden del 150 por ciento anual.
Los financistas creen que los próximos días también serán calmos, e incluso se entusiasman con bajas adicionales en el dólar. La clave serán, otra vez, los exportadores. Según estimaciones de consultoras privadas, estas compañías realizarán fuertes liquidaciones entre este mes y junio, lapso que coincide con la cosecha gruesa. Durante este período, creen en la city, el dólar podría quedar estabilizado, siempre y cuando no se repitan los temblores políticos de la semana pasada.
La última razón de la baja del dólar refirió a la Ley Antigoteo. La norma paró en seco con los retiros compulsivos de plazos fijos por parte de los jueces. Ayer, según destacaron en el Central, se detectó un solo caso judicial. Ocurrió en el Chaco, donde oficiales de Justicia pretendieron secuestrar 3,5 millones de pesos en un Banco Galicia. Amparándose en la ley, la entidad financiera se negó a otorgar los fondos, y los bancarios, al igual que la semana pasada, también protestaron por la decisión judicial. Y los oficiales dejaron la sucursal con las manos vacías. Sin embargo, los banqueros están disconformes. Quieren que se ponga un cerrojo a los 100 millones de pesos que diariamente salen de lascajas de ahorro y se destinan a la compra de dólares. La opción que analiza el Gobierno pasa por impulsar un bono opcional (en dólares) para las cuentas a la vista.